M. Mediavilla
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Para enero nos espera una subida de la luz, y los consumidores españoles deberíamos saber las auténticas razones de ello, pero yo no veo que nadie nos las explique. Nunca se habla del demencial sistema de asignación de precios que se instaló cuando, bajo el gobierno de Aznar, se liberalizó el sector eléctrico.
No se habla de esa especie de subasta (“pool”) donde cada día se ajusta la oferta y la demanda, y se fijan los precios. No se habla de que no pagamos según lo que cuesta generar cada kilovatio-hora de las diversas tecnologías, sino del precio de la tecnología más cara usada cada día. Así los españoles pagamos los kilovatios-hora generados con tecnologías baratas y sobradamente amortizadas como la hidroeléctrica al precio de las más cara de las tecnologías: las centrales de gas, que son necesarias para regular los picos de demanda. Es difícil concebir un sistema que beneficie más a las empresas eléctricas (que sólo son dos básicamente) y es demencial que a esto lo llamen liberalizar.
El Estado español tiene una deuda enorme con las eléctricas debido a que el consumidor no paga todo el precio asignado con este mecanismo tan fabulosamente generoso con las eléctricas. Y bien ¿qué hacemos para solucionarlo? Endeudar al Estado, hacer peligrar sus credibilidad en los mercados internacionales, subir los precios al consumidor, bajar sueltos, eliminar funcionarios, dejar de pagar a empresas, todo menos hacer una ley que no beneficie descaradamente a las eléctricas. Si tenemos que levantar el país y sobrellevar la crisis que lo hagamos todos, empezando por las empresas eléctricas.