Editorial

La designación de Javier Laorden como candidato a la Alcaldía abre una nueva etapa en el Partido Popular de Torrelodones

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Desde hace meses era un rumor cada vez con más peso, confirmado justo ahora, en plena época navideña, quizá para evitar entrar en debates sucesorios a pocos meses para los comicios municipales. Lo cierto es que la designación de Javier Laorden como candidato del Partido Popular en Torrelodones no habrá pillado a muchos por sorpresa, abriéndose desde este mismo momento una precampaña en la que el actual alcalde, Carlos Galbeño, se ha quedado en un incómodo fuera de juego. Hace tiempo que el regidor mostró su deseo de no repetir como cabeza de lista, y desde entonces no se puede decir precisamente que desde el partido hayan corrido a pedirle que reconsiderara su postura. De hecho, la frialdad en las relaciones de Galbeño con la presidenta del PP local, Gádor Ongil, era más que manifiesta, desembocando en esta decisión que prácticamente era un secreto a voces.

En estos casi ocho años de mandato, el abortado proyecto del Área Homogénea Norte (AHN) ha sido sin duda el tema que más titulares ha protagonizado, con un rechazo último por parte de la Comunidad de Madrid que fue la puntilla a un proyecto que el todavía alcalde se afanó en sacar adelante, aunque en ningún caso se puede decir que engañase a nadie: figuraba de forma clara en el programa electoral con el que el PP se presentó a los pasados comicios. Pero sería injusto quedarse únicamente en la polémica del AHN, porque a lo largo de este tiempo Galbeño ha impulsado de forma sobresaliente la cultura como uno de los principales puntales de la localidad, además de reforzar la posición empresarial de Torrelodones en la comarca y de mostrarse como un gestor eficaz y sin estridencias, aunque también con algunos patinazos de última hora duramente denunciados por los grupos de la oposición, como en el caso de la piscina cubierta o en la adjudicación de los servicios de limpieza. En el capítulo de sombras también aparecen algunas decisiones arbitrarias (el inmediato inicio de las obras de la avenida de la Dehesa, sin ir más lejos) y sobre todo unas discrepancias internas en el propio grupo municipal que ha sabido controlar antes de que estallaran definitivamente.

Por otra parte, y dejando a un lado las lecturas en clave popular, la irrupción de Javier Laorden, con una prestigiosa carrera profesional a sus espaldas, no sólo abre una nueva etapa en el PP torrelodonense, sino que pone en un aprieto a quienes en los últimos años han centrado su labor de oposición únicamente en la figura del alcalde. Ahora, cuando Galbeño ya se aproxima a desaparecer de la primera línea de la vida política municipal, su discurso tendrá que cambiar forzosamente para adaptarse a esta nueva situación.