EL NOVILLERO MADRILEÑO QUEDÓ EN LO MÁS ALTO AL ACABAR EL AÑO
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
El madrileño Alberto López Simón acabó el 2010 en lo más alto del podium. 34 novilladas picadas y numerosos triunfos avalan a este novillero llamado a ser el rey del año entrante. Triunfador entre otras plazas en Barcelona, Zaragoza, Arnedo, Guadarrama y Galapagar, sus condiciones son sobradas para llegar a lo más alto. Su nombre va a sonar con mucha fuerza en 2011. Estrena apoderado y el de Barajas sólo piensa ya en la nueva temporada.
“En febrero estaba en la escuela taurina de Madrid y luego triunfe en Valdemorillo. Lo encadene con el ‘Zapato de Oro’ en Arnedo, hasta debutar con picadores en mayo en Barcelona o salir a hombros en Zaragoza. En ese tiempo, cambió mucho mi carrera. Era el año de mi debut y he ido subiendo escalones”, comenta.
López Simón ha conseguido muchos triunfos, pero siempre hay tardes especiales y determinantes. “Por lo que significan, esas que he comentado, además de mi presentación en Sevilla. También hay tardes en las que me he sentido muy a gusto, como en Moralzarzal, con la novillada de de La Guadamilla a la que corté cuatro orejas. Por las circunstancias, también fue especial la de Guadarrama: con el diluvio que caía, tanto mis compañeros como yo creo que estuvimos a la altura”. Este fue un festejo épico y López Simón se jugó la vida sin cuentos, cortando tres orejas y rabo en una tarde para el recuerdo. “He podido torear mejor pero fue una tarde que con el paso del tiempo no voy a poder olvidar: la lluvia, el ruedo embarrado, la seria novillada de Montealto, que fue extraordinaria pero a la vez exigente...”.
Junto a la gran actuación en Moralzarzal, también hay un hueco para Galapagar, donde se llevó el ‘Galápago de Oro’. “Tuve que matar tres novillos por un percance de mi compañero. Fue una tarde redonda, con una novillada con mucho cuajo. En Moralzarzal también salí satisfecho de mi actuación, porque se acercó mucho a la perfección”.
Esa tarde serrana, se pudieron comprobar las grandes virtudes de este gran novillero madrileño. “Las ha podido haber mejores, pero con mi primer novillo hubo momentos en los que toreé muy ligado, muy por abajo, con la máxima naturalidad. Me gustan los toreros que guardan las formas y la estética en su figura, y eso es lo que intento buscar cuando el animal te lo permite; en otros casos te tienes que adaptar al toro”. López Simón tiene grandes condiciones para llegar a lo más alto: valor, personalidad, temple, cabeza y gusto, aunque también hay quienes dicen que torea algo afectado: “La naturalidad es algo que te sale sin pensar. Lo que se ve en la plaza es cómo soy, y como me parió mi madre. Está claro que no puedo gustar a todo el mundo. No busco ser un torero artificial, y confieso que sí me gusta meter los riñones con más pureza. Luego habrá que corregir muchos defectos para ir mejorando poco a poco”.
El madrileño no ha vuelto la cara al novillo serio y ofensivo a pesar de ser su primera temporada. “Si no, te quedas en casa sentado. Puede ser una locura, pero luego he ido a plazas de primera categoría y me he encontrado con novillos casi más pequeños que en la Sierra de Madrid o Toledo. Así estaba mas desahogado y no me han venido grandes los compromisos”.
Por otra parte, en su mente ya ronda la posibilidad de debutar en Las Ventas. “Es un coso que me encanta y es al que más he ido como espectador. Cuando digan mis apoderados, allí estaré, pero lo que sí les he comentado es que el día de mí presentación tiene que pasar algo gordo. Madrid es diferente, pero es una plaza muy buena, porque cuando un torero se entrega lo capta rápido”, afirma.
Ahora, el novillero anda a tope metido en el campo y entrenando de cara a la próxima temporada. “Aquí no hay vacaciones. Las primeras ferias están ahí, hay que estar preparado, que luego sale el toro y parece que huele el que lo está y el que no”.