Opinión

Tras la tempestad... - En Valdemorillo no vale todo

Luces y sombras

Manuel J. Ortega

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Primero lo hizo el secretario regional, Francisco Granados (en la imagen), en las páginas de El País y 48 horas más tarde comparecía en rueda de prensa el alcalde de Torrelodones, Carlos Galbeño. Los dos políticos fueron unánimes a la hora de criticar el comportamiento de los concejales, Jesús Pacios y Reyes Tintó, en la crisis surgida en el seno del Ejecutivo torrelodonense tras ser destituidos por el alcalde de todas sus competencias municipales el pasado 25 de julio. Granados, tras reconocer que se había reunido hasta en 10 ocasiones con los ediles díscolos, afirmó que no tenían ninguna prueba sobre las irregularidades que estos pretendían imputar a Galbeño, Mario Mingo y el responsable de Urbanismo, Julio Nieto. “No han presentado un sólo papel que incrimine al Gobierno municipal. Sólo acusaciones. Su versión es de aurora boreal. ¿Desde cuándo un alcalde tiene que pedirle algo a un concejal?”.

Bien, ya tenemos la versión oficial -más vale tarde que nunca-, pero mucho me temo que el caso no se va a poder cerrar mientras Pacios y Tintó sigan insistiendo en que cuentan con una grabación donde se aprecia la vinculación de Galbeño y Nieto en la irregular concesión de un concurso municipal a un ex concuñado de Mario Mingo y tampoco si, como se comenta, la Fiscalía Anticorrupción ha empezado a investigar el tema tras la visita realizada a este organismo por los citados ediles. También la Comisión de Derechos y Garantías del PP tendrá que dar su veredicto tras la apertura del pertinente expediente disciplinario que seguramente provocará la expulsión del partido de Jesús Pacios y Reyes Tintó.

Pero al margen de las declaraciones políticas, de las investigaciones judiciales y los expedientes disciplinarios, en la trastienda de todo este embrollo se ha observado con nitidez la presencia de los conspiradores de turno que haciendo uso de sus importantes influencias mediáticas y económicas, convirtieron lo que a simple vista parecía una marejadilla en una impresionante tempestad. ¿Qué objetivos perseguían? Habrá que preguntarselo a ellos, aunque es evidente que aquí se mezclaban los intereses económicos de los unos y los políticos de los otros con la falta de escrúpulos de unos terceros que a última hora decidieron montarse en el carro del descrédito para intentar ajustar viejas cuentas pendientes con el presidente local, Mario Mingo, y con el alcalde, Carlos Galbeño; el primero, por haber respaldado la candidatura del segundo en los comicios de 2003, y a Galbeño por el distanciamiento que ha venido manteniendo con aquellos que hasta no hace mucho se consideraban los fontaneros del PP de Torrelodones. Lo que no sé y, además me resulta bastante difícil imaginar, es que tipo de promesas les habrán hecho los agitadores a Pacios y Tintó para que de la noche a la mañana se convirtieran en feroces críticos de la gestión de un Equipo de Gobierno con el que colaboraron durante los tres últimos años.

EN VALDEMORILLO NO VALE TODO.- El ambiente que se respira en el entorno de los grupos políticos representados en el seno de la corporación municipal de Valdemorillo está cada vez más enrarecido. Hay comentarios, acusaciones y descalificaciones para todos los gustos y, claro, con esta crispación, hasta los medios de comunicación son objeto de absurdas insinuaciones. En la página web de www.valdemorillo.com aparece esta semana un comentario firmado por Alfonso Redondo Torres, miembro del Partido Independiente, titulado “La todopoderosa y sus formas”, donde tras descalificar la gestión de la alcaldesa, Pilar López Partida, deja intuir que este semanario pudiera tener cierta connivencia con la primera edil: “El periódico El Faro del Guadarrama -escribe Alfonso Redondo- estaba en contacto permanente con nuestro partido para recabar información de lo que ocurría en el pueblo. Publicó temas relacionados con los convenios urbanísticos recientemente aprobados con el voto en contra del concejal de Urbanismo. También se hizo eco de la sentencia que daba la razón a los ganaderos arrendatarios de los terrenos de Prado Aulencia. Posteriormente publicó un reportaje relacionado con las irregularidades habidas en el convenio y en la construcción de la plaza de toros por parte de la constructora Edisan. Sin embargo, posteriormente dejaron en clausura un reportaje relacionado con las irregularidades cometidas por la familia de moda (San Román) en nuestro pueblo. Huelga decir que se les facilitó una lista que permitiría escribir un libro. Esta información se envió en junio y todavía no ha sido publicada. Nuestra concejal, Carmen Villanueva, tras revisar la lista de pagos que realiza el Ayuntamiento, descubrió una suscripción con esta publicación por importe de 500 euros mensuales. Este periódico no publica nada relacionado con Valdemorillo desde hace dos meses. La suscripción ha dado resultado ¡Enhorabuena doña Pilar!”.

Sr. Redondo Torres, como editor de este medio permítame que le haga las siguientes puntualizaciones: El Faro del Guadarrama mantiene una línea editorial que está basada en la pluralidad y la independencia informativa, por tanto nunca será el BOE de un partido o de una formación política. Si en su momento informamos sobre los temas que usted menciona, es porque los considerábamos de interés para nuestros lectores Nosotros no hemos clausurado ni censurado ninguna información relacionada con la familia a la que usted hace referencia, simplemente consideramos que las acusaciones que ustedes hacían verbalmente no estaban acreditadas documentalmente. Pero si aún consideran que esa versión está debidamente contrastada les aconsejo que acudan inmediatamente al juzgado de guardia y presenten la correspondiente denuncia. También quiero aclararle que el Ayuntamiento no está suscrito a este periódico que, como bien sabe, es gratuito y por tanto no tiene suscriptores. Otra cosa es que el Consistorio inserte publicidad en nuestras páginas y pague el importe correspondiente al convenio que así lo establece. Pero ese convenio, para su tranquilidad, ya estaba en vigor cuando El Faro publicó la información a la que usted hace referencia. Termino: el pasado 1 de septiembre y bajo el título “Una mudanza atípica”, en esta misma sección aparecía un artículo que refrendaba las críticas que usted realizaba en relación con el traslado de enseres del antiguo al nuevo Ayuntamiento, lo que también deja en evidencia su afirmación en el sentido que desde hace dos meses no publicamos nada sobre Valdemorillo.