Toros

Más, Delgado y Cuartero dieron un mitin con los aceros

Miguel Ángel Delgado (Foto: ARCHIVO)

Lote de Camino en la Novillada Sin Caballos que abrió la Feria de Galapagar

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Miércoles 12 de Septiembre. Novillada sin caballos Trofeo “César Palacios”. Casi lleno. Seis erales de “Los Camino” , excesivamente terciados, gachos y algunos muy abecerrados. Excepto el noble 1º y el potable 2º, el resto fueron descastados, sosos y mansos. José Manuel Más, saludos desde el tercio y oreja; Miguel Ángel Delgado, silencio en ambos; y Miguel Cuartero, algunos pitos y silencio. Comenzó la Feria de Galapagar el miércoles 13 de septiembre con la novillada de escuelas taurinas donde se ponía en liza el Trofeo César Palacios al triunfador.

Al final, la novillada fue un desencanto porque el ganado de “Los Camino” no ofreció lucimiento y la terna no terminó de estar al nivel que se esperaba. Además, Más, Delgado y Cuartero dieron un sainete con la espada y descabello, sobre todo los dos últimos, lo que hizo enfriar y desilusionar aún más al público. Por tanto, el festejo fue plúmbeo y lo más brillante fue la gran asistencia de aficionados a la plaza.

El encierro santacolomeño del maestro Camino no ayudó nada a la terna, y mira que se esperaba mucho el buen juego de esta vacada.

José Manuel Más sorteó uno de los más potables de la tarde, el tercero. Un animal chico pero que tuvo buen fondo de calidad. Más mostró buena cabeza, le dejó sus tiempos y su distancia al animal para cimentar un trasteo sobre ambas manos de muletazo largo y mano por bajo. Pinchó y se esfumó el premio. Sí le cortó Más al cuarto, un animal de cortas arrancadas por ambos lados con el que el madrileño se mostró muy seguro. Miguel Ángel Delgado toreó con muchísimo temple y mimo a su primero, aunque a veces se echara de menos más fibra. El animal tenía nobleza y se desplazaba bien, lo que Delgado aprovechó para imprimir despaciosidad y temple. Pegó un sainete con los aceros y recibió dos avisos. Se repitió esta película con el quinto, aunque con éste el sevillano no pudo esbozar nada, ya que el eral no tenía fijeza, era soso y embestía con la cara alta.

Miguel Cuartero se llevó el peor lote, pero no es motivo para excusarle. Su primero fue complicado y se metía por dentro y el de Huesca mostró poco oficio y menos confianza. Mató mal, recibiendo dos avisos. Con el que cerró plaza, Cuartero, lo intentó, pero el de Camino era descastado y no se prestó a nada. Volvió a dar un mitin con la espada.