Opinión

España no despunta

EL KIOSCO

Víctor Corcoba

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Por mucho optimismo que siembren algunos políticos y su desbordante crecida de altos cargos, con los susodichos asesores de imagen, que siguen derrochando en lugar de administrar, la única verdad es la situación en la que viven cada día más familias, que ya no pueden pagar las hipotecas porque han consumido todos los ahorros y, lo peor de la cuestión, es que tampoco encuentran trabajo.

El problema del desempleo o trabajo en precario que soportan los que menos culpa tienen de haber causado esta crisis, el ciudadano que apenas ha conocido la situación de bienestar, está originando una brecha social tan grande que las desigualdades se acrecientan como nunca. España no despunta, pero tampoco despierta del letargo al que le vienen sometiendo unos dirigentes sectarios, mezquinos, sin espíritu de Estado, que son incapaces de pactar un sistema educativo que nos vuelva hacia nosotros mismos y nos impulse a tomarnos la viva no como un juego, sino como un deber. Claro, es más fácil por la ignorancia someter a un pueblo, hacer que vuelva a la servidumbre, puesto que por la educación en valores a lo que se asciende es a la libertad. Si en verdad queremos que España despunte, debemos racionalizar poderes, proyectar respeto, establecer puntos de encuentro entre la ciudadanía y que sea el ciudadano en verdad quien pueda gobernar su vida para poder cambiarla. Sería bueno que este cúmulo de despropósitos, tanto políticos como del propio medio de producción, fuesen revisados, sobre todo con un buen baño de ética. Todos saldríamos ganando.