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Carlos Durán se da una ‘vueltecita’ al ruedo en la plaza de Las Ventas

TEMPORADA

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Hay distintas formas de dar una vuelta al ruedo en Madrid en un festejo de temporada: una, por méritos y con el calor del público tras una excelente faena que puede ser o no coronada de una buena estocada. La otra pasa por llevar a muchos forofos del torero en autobús y repartirlos por los tendidos de Las Ventas para aprovecharse el tirón y dar una vueltecita la ruedo.


Esto último es lo que sucedió con el novillero Carlos Durán, que el pasado domingo, 17 de octubre, se pegó una vuelta al ruedo por su cuenta gracias al fervor de sus seguidores, en la penúltima novillada picada de este año. Al valenciano le había tocado en el sorteo la china de toparse con un novillo extraordinario de Montes de Oca, que embistió de manera fabulosa por ambos pitones. Un gran utrero, el mejor de todos los lidiados por esta vacada, que tenía dos orejas para cortar y dar un zapatazo en Madrid. Sin embargo, se limitó a la vuelta de pura casualidad.

El trasteo no había pasado de animoso, sin cogerle el aire al novillo, que siempre acometió muy franco a las telas. Al final consiguió lo más logrado sobre la mano zurda, en tandas más compuestas y de mayor consistencia. Se le vieron muchas carencias a Durán y poca experiencia para un compromiso de este calado. Un pinchazo previo a una estocada dio paso al premio. El presidente puso coherencia a esto y no otorgó el trofeo solicitado, que hubiera supuesto una chufla para un coso de la categoría de Las Ventas.

La novillada de Monte de Oca fue seria, agresiva de caras y desigual de hechuras, pero cuajada. Los animales desarrollaron genio y aspereza, en una tarde fría y con un quinto de entrada. A Miguel Jiménez también se le vio con escasos recursos y acusó su poco bagaje. Anduvo discreto y sin oficio con el novillo que rompió plaza, que se movió con emoción pero sin entregarse. Al cuarto le recibió a portagayola, siendo prendido y sufriendo una herida de 10 centímetros. Luego el astado resultó soso y apagado, y el novillero no pudo brillar. Lo más resaltable fue una gran estocada, tirándose muy recto al morrillo. Completó la terna Ignacio González, que volvía a Madrid esta temporada y pasó de puntillas. Su primer oponente resultó muy apagado y el cordobés no pudo hacer nada reseñable. El quinto fue un ejemplar muy serio, con movilidad y transmisión, pero sin humillar. González no se sintió cómodo y pasó un mal trago.

Novillada final este domingo
Este domingo se celebra en Las Ventas la última novillada del año. Astados de Rocío de la Cámara para Martín Núñez, Manuel Fernández y Adrián de Torres.