El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Con la marcha de Lorenzo Fernández Fau, alcalde de El Escorial entre 2003 y 2007, se certifica la defunción del Foro Progresista, aunque en realidad estaba muerto desde el mismo momento en que perdieron las elecciones (y quizá antes). Fue un proyecto hecho para ganar, como así ocurrió en un principio, aunque la ilusión inicial se transformó más tarde en desencanto, hasta el punto de que, ya en la oposición, sus responsables dejaron que esta apuesta envejeciera prematuramente, olvidando que en política también se debe construir desde la derrota.