PUNTO DE VISTA
TOMÁS ALBERICH
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Si salimos de Collado Villalba camino de Moralzarzal pasamos por una zona de obras que recuerdan a las de El Escorial. Pasan los meses y la construcción de la rotonda de la carretera sigue ‘en obras’, con un estrechamiento bastante peligroso, en una zona muy transitada, con cientos de coches, autobuses y camiones diarios que van a Collado Villalba o hacia la autopista.
Aunque el concejal de Urbanismo dijo hace bastante tiempo que la obra iba a buen ritmo a pesar de las “dificultades técnicas” [sic], la obra va a peor: interminable, y ahora en cuanto anochece la oscuridad es total, ni funcionan las farolas de alumbrado público ni existe señalización luminosa propia de las zonas en obras. Construir una rotonda debe ser la obra más difícil del mundo, casi más incluso que construir un túnel que se le adjudica a la oferta más cara porque es la que se compromete a ser la más rápida para luego tardar el doble y cobrar el doble, por las “dificultades técnicas” de la obra, claro.
También el mantenimiento de lo realizado debe ser muy difícil. Tenemos en Collado Villalba bancos de madera que jamás se barnizan, mobiliario urbano que no se repara ni arregla (ver el entorno del río, parques, etc.) y un control de obras terminadas bastante deficiente. Por citar un ejemplo, las obras realizadas cerca de la Estación, en el puente sobre las vías del ferrocarril que da acceso a las urbanizaciones del Parque de la Coruña y Las Suertes. Obras inauguradas hace apenas tres años y que presentan losetas y bordillos rotos, desencajados..., aparte de las aristas afiladas de los bordillos que son peligrosas y se denunciaron en su momento, sin que se corrigieran. Y ya que hablamos del entorno de la Estación, citaremos otro hecho que nos perjudica. Renfe decidió este verano cerrar la puerta de acceso sur a estas dependencias los sábados, domingos y días de fiesta. Preguntados por el hecho en la Estación nos informan que lo decidieron para evitar “actos vandálicos”.
Forma curiosa de proceder por parte de los próceres de Renfe (o Adif, que me da igual): prefieren poner a un vigilante durante los fines de semana para informar sobre el tema y que nadie intente salir por este lado de la Estación, antes que mantener un servicio que con una mínima vigilancia (más barata que la actual) es útil para varios miles de personas que vivimos en el sur del municipio.
Espero que el Ayuntamiento, tan diligente para algunas cosas, realice alguna gestión al respecto si no lo ha hecho ya, porque el perjuicio es importante y, como siempre, para los peatones, para los que van a la Estación andando.
Pero estos problemillas no le deben preocupar demasiado al alcalde, que anda en otras cosas. Objeto de temor y de adulación por los que le rodean, está que ‘trini’ porque Tomás Gómez ha ganado las primarias y en Collado Villalba nada menos que un 30 por ciento de afiliados al PSOE se ha atrevido a votar en contra de su candidata, Trinidad Jiménez, en las primarias. El voto secreto es lo que tiene. Un proceso del que, a pesar de las peleas internas, es evidente que ha salido reforzado el PSOE. Y eso también a pesar de que si las diferencias entre socialistas y populares a veces hay que buscarlas con lupa y las de los candidatos a las primarias hay con microscopio.