Toros

Corrida dura y exigente de Juan Luis Fraile el Día de la Hispanidad en la plaza de Las Ventas

EN LA NOVILLADA DEL DOMINGO, GÓMEZ DEL PILAR A PUNTO ESTUVO DE CORTAR UNA OREJA

ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014

FICHA: Corrida de la Hispanidad / Martes, 12 de octubre de 2010
Un tercio de entrada. Toros de Juan Luis Fraile, desigualmente presentados,muy finos de cabos. Los tres últimos muy amplios y astifinos. De juego diverso. 1º, noble y a menos; 2º, con movilidad por el derecho; 3º, encastado y fiero; 4º, manso y con poder; 5º, deslucido; 6º, manso y potable en la muleta. “El Conde” (confirmaba alternativa), silencio y saludos desde el tercio; Luis Vilches, silencio en los dos y Eduardo Gallo, silencio y ovación.

FICHA: Novillada con Picadores / Domingo, 10 de octubre de 2010
Un cuarto de entrada. Novillos de Herederos de Manuel Santos Alcalde, grandes, vareados y de desigual presencia. 1º, sin fuerza; 2º y 3,º descastados y mansos; 4º, complicado; 5º y 6º, buenos y con fondo. Juan Manuel Jiménez, silencio y palmas; Sergio Blasco silencio y palmas; y Gómez del Pilar, silencio y vuelta al ruedo
tras petición y bronca al presidente.



La plaza de Las Ventas de Madrid acogió el martes la tradicional corrida de toros del Día de la Hispanidad. El regreso de los astados de Juan Luis Fraile, ganadería predilecta de la afición de esta plaza suponía todo un aliciente. El cartel lo componían Luis Vilches, Eduardo Gallo y el mexicano El Conde, que confirmaba su doctorado en Madrid. No fue una corrida convencional ni al uso de hoy en día. Fue un encierro muy interesante, no bravo, pero siempre mantuvo la atención en el tendido porque su fondo de casta, también de genio, suponía todo un examen para los tres toreros, que tuvieron que ponerse delante de un encierro duro de pelar, correoso y a veces con las complicaciones derivadas del animal encastado y que desarrolla sentido.

El mejor toro del recordado Juan Luis Fraile fue el tercero, encastado, con mucha gasolina y que repetía con temperamento. Eduardo Gallo llevó a cabo una faena irregular. Costaba mucho esfuerzo estar delante de un toro así y el salmantino lo notó.

Hubo series estimables sobre la mano derecha. También sobre la zocata cuando llevó enganchado y por abajo al toro, pero faltó poderle más y dar un pasito adelante para cortarle la oreja. Con la espada no anduvo fino.

El sexto fue un animal de imponente presencia que salió muy huidizo y suelto y al que dieron una lidia desastrosa. En la muleta, el toro acabó desplazándose, aunque salía con la cara suelta. Gallo tardó tiempo en centrarse con él. Cuando lo hizo consiguió series templadas y suaves sobre la derecha que tuvieron emoción y mérito. La faena fue breve y por abajo firmó pases muy bonitos y con buen estilo. De nuevo no anduvo acertado con la espada y saludó una ovación desde el tercio.

Confirmación en Madrid
El Conde tuvo una actuación muy digna en Madrid. El toro de la confirmación se lo brindó a su amigo Morante de la Puebla, que ocupaba un burladero del callejón y que le recomendó para poder estar en Madrid. Hubo pases sueltos estimables a un toro manejable y a menos. El cuarto tenía dos pavorosos pitones y por el lado derecho tuvo varias arrancadas con mucha raza. El diestro se fajó con el astado, robándole derechazos de mérito con profesionalidad y recursos. Por el pitón izquierdo tenía muchas dificultades y casi alcanza al torero azteca por la axila.

Esta tarde venteña con tantos matices la completaba Luis Vilches, quien estuvo un tanto espeso. El segundo flojeó de remos, pero se vino arriba en el último tercio y tuvo mucha fijeza y movilidad, aunque le faltó humillar. Las primeras series hacia fuera y en línea no gustaron al público. Después, el trasteo nunca cogió altura en tarde tan exigente. El quinto fue un toro manso y complicado y Vilches no logró nada lucido.

Novillada el domingo
El novillero Gómez del Pilar consiguió los mejores momentos de la novillada del pasado domingo 10 de octubre, dando una vuelta al ruedo en el último novillo de la tarde, donde a punto estuvo de cortar una oreja de no ser por la cicatería presidencial. La faena del novillero estuvo basada en el oficio y la técnica, y sobre la mano derecha condujo bien las embestidas de un buen ejemplar de Santos Alcalde en series intensas y de trazo largo. Destacó en buenos pases de pecho y remató con una estocada desprendida.

Sergio Blasco tuvo más voluntad que resultados con otro buen utrero. Se le vio con falta de rodaje y con los fallos del que torea muy poco. Juan Manuel Jiménez, con el peor lote, no pasó de aseado y correcto.