Carlos Soria llega a Moralzarzal con un nuevo reto: el Kanchenjunga

Carlos Soria llegó este miércoles al aeropuerto de Madrid-Barajas procedente de Katmandú, tras coronar el Manaslu y cumplir con su iniciativa benéfica de equipar la escuela de la aldea tibetana de Sama Gaon. El montañero de Moralzarzal redactó un último comunicado de expedición desde la capital de Nepal, a la que llegó tras “cinco días de marcha desde el campo base y siete horas de coche”. La última parte de la exitosa aventura fue dura, “sobretodo los dos últimos días, con un calor húmedo terrible y jornadas de entre ocho y once horas, pero también muy divertido con esta pareja, comíamos y dormíamos en lugares muy poco turísticos, típicos de porteadores, una buena experiencia”. Soria se refiere al hijo de Muktu, el sherpa que le acompañó a la cima del Manaslu, y a un porteador sordomudo con el que congenió en el descenso. La mala noticia de la expedición fue que el resto de la expedición no pudo hollar el Manaslu, según apuntaba Carlos en su comunicado del día 11: “Me acabo de enterar que mis compañeros, Sechu, Unai, Xavi y Stefano no han podido llegar a la cumbre y Sechu ha sido evacuado en helicóptero con unas pequeñas congelaciones en los dedos de las manos. Parece que no es nada importante, ya está en la clínica de Zaragoza”.

Carlos Soria ya está con su familia en Moralzarzal con el habitual descanso activo, marcado por los entrenamientos en la Sierra de Guadarrama. El próximo objetivo, según aseguró a la revista Desnivel, será el Kanchenjunga, la tercera montaña más alta de la Tierra, de 8.586 metros. Soria anticipa que “para el Kangchenjunga quiero llevar un poco de oxígeno. Si lo utilizo, bien y, si no lo utilizo, mejor, pero no quiero bajar arrastrándome ni mucho menos. Quiero descender en las mejores condiciones posibles, aunque utilice un poco de oxígeno. Ese es el plan”.