INTERINO
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“Apenas diez minutos de intensa lluvia, la provocada el pasado sábado sobre las 11 de la mañana por una pequeña tormenta, puso al descubierto el deficiente estado del alcantarillado de recogida de aguas pluviales en distintas zonas de nuestra ciudad, al provocar numerosas balsas de agua en la vía pública. Con las alcantarillas desbordadas y muchos colectores reventados, el panorama era dantesco, sobre todo en zonas próximas al Parque de La Coruña o en calles como Ruiz de Alarcón y Batalla de Bailén, entre otras, dice Lobo Cojo. Pero aún más preocupante era lo que sucedía en esos momentos en el interior del millonario túnel de Honorio Lozano, donde el agua se fue acumulando en su interior hasta provocar el cierre del mismo. ¿Acaso una obra cuyo coste ascendió a más de 40 millones de euros ni siquiera dispone de unas simples bombas de achique?. Este capricho faraónico de JP, inútil y absurdo, ha vuelto a dejar al descubierto las presuntas responsabilidades de unos técnicos que incomprensiblemente siguen gozando de su protección pese a que el Consejo de Estado, en cuyo dictamen el fenómeno sigue basándose a la hora de intentar eludir sus posibles responsabilidades, recomendó abrir expediente a la dirección técnica a fin de poder depurar posibles culpabilidades. Como los técnicos eran unos ‘mandaos’ y su labor se limitaba a cumplir las órdenes caprichosas de los políticos, lo que tendría que ser un expediente en toda regla se quedó en un vergonzoso paripé. Y claro, ahora el túnel lleva ya cerrado seis días (la verdad es que apenas se nota su inactividad) y todos están callados como putas”.