Opinión

La estrella de Tomás Gómez

EL KIOSCO

I. Martínez

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Se torció la lógica y ganó Tomás Gómez. En el inconsciente colectivo nos gusta que el débil le gane al fuerte, como en las hazañas bíblicas y como en las películas. Sin embargo, en la vida real estadísticamente casi siempre gana Goliat. Esta pauta no le ha valido a Trinidad Jiménez, una buena ministra de Sanidad, apoyada en las primarias de Madrid por los elefantes de más peso del PSOE: Zapatero, Blanco, Rubalcaba...

La victoria del más débil le añade épica al resultado y supone una derrota de Zapatero, empeñado en la candidatura de Jiménez. El liderazgo y la reputación del presidente en el interior de su partido sufren un descalabro. La asechanza de Rubalcaba contra Gómez, de que era el candidato de la derecha, la convirtió en realidad la prensa más reaccionaria, que ha jaleado tanto al secretario general del PSM, que quizá ha proporcionado más votos a Jiménez de los que ella misma ha conseguido repitiendo que era la mejor. Ahora esos medios, además de regodearse con el traspié de Zapatero, se tendrán que cuidar de Gómez, que emerge como un candidato potente a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Ha nacido una estrella, la del hombre que derrotó a Zapatero. Aún así, pienso que a esta pugna le han faltado debates para saber qué pensaban los contendientes de los problemas de la vida real. Los debates fueron uno de los alicientes de las primarias americanas para la nominación demócrata. Si alguien piensa que ha sido dura la campaña de Madrid, les recuerdo que en 2008 Hillary Clinton decía que Obama era demasiado vulnerable frente a MacCain, de la misma manera que ahora Jiménez ha dicho que Gómez era demasiado vulnerable contra Esperanza Aguirre.