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Geoffrey Parker presenta en San Lorenzo la “biografía definitiva” de Felipe II

El historiador británico define al monarca como una persona “obsesiva, terca y excesivamente devota”

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El historiador e hispanista británico Geoffrey Parker presentó el martes en San Lorenzo de El Escorial Felipe II. La biografía definitiva, una obra de más de 1.300 páginas que indaga en las claves que definen la figura del monarca que mandó construir el Monasterio. “Su mayor acierto y quizá también su mayor error fue la conquista de Portugal que significó un cambio en la balanza de poderes”, señaló el autor, que en esta ocasión ha manejado nuevos datos sobre la vida y hazañas del llamado Rey Prudente.gracias a documentos hológrafos, que se cifran entre 10.000 y 15.000, descubiertos en los archivos que se han abierto, principalmente a raíz del cuarto centenario de. Entre las novedades, Parker destaca que se observa cómo Felipe II a los 14 años escribía y “destrozaba” los libros que heredó y que ahora alberga El Escorial o las cartas de amor que le escribió a Isabel de Tudor en 1559.

Felipe II, recordó el historiador, pasó prácticamente todo su reinado en guerra. Sólo disfruto de la paz entre febrero y agosto de 1577. Las necesidades de estas guerras provocaron una sangría de fondos y bancarrotas sucesivas y Castilla se convirtió en la primera morosa en serie de la historia. A pesar de todo, para Geoffrey Parker, Felipe II sigue siendo unas de las personalidades más interesantes de nuestra historia. En este sentido, explica que Felipe había recibido una “herencia problemática”, sin lengua, moneda, leyes o instituciones comunes, y aún así estuvo cerca de alcanzar el éxito en sus numerosas empresas.

Puntos oscuros
Sobre los puntos oscuros de su reinado, Parker cita las muertes del príncipe Don Carlos, uno de los puntales de su leyenda negra, y de su secretario, Escobedo. Sobre la muerte de Don Carlos, Felipe II nunca dio una explicación detallada de lo sucedido.

Otro de los puntales de la personalidad de Felipe II fue su excesiva religiosidad. Iba a misa a diario, organizaba procesiones para apoyar las causas que le parecían importantes, como la de la Gran Armada, y consideraba que para todas sus empresas contaba con el “apoyo” de Dios. De hecho sentía una auténtica avaricia por las reliquias ya que llegó a tener 7.000, estaba convencido de gozar de una relación especial con Dios y manifestó siempre un apoyo incondicional a la Inquisición. Adentrándose en su personalidad, Parker resalta su comportamiento “obsesivo compulsivo”, que incluye excesivo control emocional, austeridad, terquedad, insensibilidad y cierta astucia maligna.

De Carlos V a George Bush
Según Parker, el emperador Carlos V fue el gran espejo en el que se miró su sucesor: “Felipe II se midió con su padre y siempre tuvo la sensación de que no estaba a la altura. Sólo tenia que conservar el imperio pero perdió en la guerra de Flandes lo que no quiso mantener en la paz”. Finalmente, y preguntado por algún político actual que pudiera parecerse al monarca que permanece enterrado en El Escorial, el historiador británico, después de pensárselo, dio una sorprendente respuesta: “Tal vez el presidente George Bush”.