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El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Todo lo contrario que en el País Vasco, que este año ha superado con creces la entrada de turistas, en la Sierra madrileña ha descendido considerablemente el acceso de turistas y admiradores de los tesoros históricos que se conservan en algunos edificios.
En el conjunto de El Escorial, formado por dos municipios hermanos y separados por escasos metros, los meses de julio y agosto han sido verdaderamente malos para su hostelería, el comercio en general y la ocupación de habitaciones veraniegas, consecuencia de la crisis económica internacional. Si se tiene en cuenta que el registro poblacional de la Villa y del Real Sitio supera apenas los 32.000 habitantes, aunque llegue a alcanzar los 50.000 en temporada estival, con cientos de miles de viajeros anuales que visitan casi exclusivamente los tesoros históricos del Monasterio, en el estío actual se ha observado la llegada de menos caravanas de admiradores al Monasterio, que además ni siquiera se han detenido en tiendas, bares, restaurantes, hoteles o en las estratégicas terrazas situadas en el centro urbano. El bajón económico también se ha notado en algunos hoteles y hostales, que apenas han llegado a ver ocupado la mitad de sus habitaciones, observándose un interesante movimiento de clientes en los conocidos hoteles Victoria Palace, Miranda Suizo y Florida. Y todo esto sucede en el entorno de la obra legada por Felipe II, en este Escorial monumental que, además, dispone de otros edificios históricos, galerías de arte, colegio universitario, destacando entre ellos el teatro Carlos III, que desde hace dos años está reconstruyéndose y que explota la Comunidad de Madrid, como las dos salas teatrales situadas en el Auditorio de Terreros, y además cuenta con cuatro librerías en activo y cinco o seis bibliotecas, incluidas las municipales, la de la Universidad María Cristina y la formidable del Monasterio.