Opinión

¿Existe una conspiración contra Carlos Galbeño y el PP?

Luces y sombras

Manuel J. Ortega

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Los primeros síntomas de la existencia de una trama cuyo único interés era desacreditar la gestión del alcalde de Torrelodones se pusieron en evidencia el pasado 22 de junio, momentos antes de la celebración del acto de la entrega de la Bandera Verde - Ciudad Sostenible, premios que concede la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI) en colaboración con la Fundación Biodiversidad, concretamente cuando Carlos Galbeño, en el momento de acceder al Hotel Ritz, fue abordado por una responsable de FUCI para explicarle que la organización de dicho evento había decidido retirar el premio otorgado a este municipio por no cumplir con los criterios establecidos al respecto. Imagínense la sorpresa de la primera autoridad torrelodonense y también la de sus acompañantes al verse desposeídos de un premio que este Ayuntamiento había obtenido consecutivamente en los últimos siete años.

Pero la sorpresa no terminaba ahí, porque cuando la comitiva se disponía a abandonar el citado hotel, fueron abordados por un presentador del programa Caiga Quien Caiga (CQC), que curiosamente estaba al corriente de todo lo que había sucedido.

El melón se acababa de abrir y lo que en principio sólo parecía una simple estrategia para poner en evidencia la gestión de la primera autoridad municipal de Torrelodones, ahora contaba con los ingredientes necesarios para convertirse en una trama conspiratoria, donde los intereses urbanísticos y políticos se mezclaban con los económicos de algunas empresas que, a priori, no parecían dispuestas a mantenerse al margen del polémico tema relacionado con los terrenos afectados por la desprotección y urbanización del Área Homogénea Norte (AHN).

Carlos Galbeño, funcionario en excedencia y militante del PP, llegó a la Alcaldía tras ganar brillantemente (obtuvo mayoría absoluta) los comicios celebrados en mayo de 2003. Sustituía en el cargo a un Enrique Muñoz cansado y desgastado por la presión que había tenido que soportar durante toda la legislatura por parte de sus compañeros de partido, de algunos miembros de su propio Ejecutivo y, sobre todo, de su antecesor en el cargo, el presidente casi vitalicio de los populares de Torrelodones y diputado nacional, Mario Mingo Zapatero. El tema de las conspiraciones, al menos en lo que se refiere a los temas relacionados con la política municipal, no es nuevo en esta localidad, y ello ha quedado reflejado en los muchos incidentes habidos en el seno corporativo durante esta última década.

Recuerdo que poco antes de que Galbeño hiciese pública su candidatura a la Alcaldía, me llamó por teléfono y quedamos a comer en un restaurante de la localidad. En el transcurso de este encuentro me comentó las líneas básicas de su programa, un programa dónde se comprometía a mejorar la seguridad ciudadana, a sacar al municipio de la desidia y la indolencia en que se encontraba y a poner en marcha proyectos serios que beneficiasen al interés general de todos los torrelodonenses. También hablamos de la crisis existente entre la militancia popular tras los continuos enfrentamientos entre Enrique Muñoz y Mario Mingo en la disputa de la hegemonía del partido y, sobre todo, del control que éste último tenía o pretendía tener sobre el Equipo de Gobierno. Carlos Galbeño fue claro y tajante: “Mingo mandará en el partido y yo, si gano las elecciones, en el Ayuntamiento”. Desde entonces han pasado tres años y en este tiempo no he vuelto a hablar con Galbeño. Aún así, sé que ha cumplido la mayoría de sus promesas electorales, como también estoy al corriente de que no ha podido eludir los férreos tentáculos de Mingo, cuya sombra siempre planea sobre la casa consistorial, de ahí que sus detractores hayan aprovechado esta oportunidad para mezclar churras con merinas (estos casos suelen ser los más propicios para encender los ventiladores de la calumnia), filtrando a la prensa que entre los beneficiarios del presunto negocio que pueda generar el Área Homogénea Norte se encuentra una empresa promotora con la que Mario Mingo Zapatero mantiene unas magníficas relaciones. La vendetta de los anti-mingo estaba servida y para poner la guinda conspiratoria a una trama bien orquestada en la que, según nuestras fuentes, pueden estar involucrados al menos dos empresarios relacionados con el sector de la construcción, un conocido profesional afincando en esta localidad y un político tapado que aspira a convertirse en el próximo candidato del PP a la Alcaldía. Obviamente, los conspiradores aprovecharon la crisis surgida en el Ejecutivo local tras la decisión tomada por el alcalde de retirar las competencias a los ediles populares Reyes Tintó y José María Pacios y la posterior visita realizada por estos a la Fiscalía Anticorrupción de Madrid (¿para denunciar qué? ¿el tema de parking de la calle Real o el proyecto del Área Homogénea Norte, refrendando previamente con sus votos?) para echar más leña al fuego, filtrando a periódicos como El País o El Mundo la presunta relación de Carlos Galbeño con la empresa del marido de su hermana (Cimaga S.A.), por el hecho de haber comprado 20.000 metros en una zona cuya superficie total supera el millón y medio de metros cuadrados. Y a eso algunos le han llamado información privilegiada, entre ellos la portavoz adjunta del PSOE en la Asamblea de Madrid, Ruth Porta, para quien la presunta vinculación de Galbeño y Mingo con esas empresas puede ser constitutivo de dos delitos, uno de prevaricación y otro de cohecho.

No es fácil llegar al fondo de la cuestión, pero analizando muy por encima los pormenores expuestos uno llega a las siguientes conclusiones. Primero: hay mucho interés por parte de algunos poderes fácticos vinculados a Torrelodones de cargarse políticamente a Carlos Galbeño, un alcalde tecnócrata y bastante reacio a relacionarse con los empresarios del sector de la construcción. Segundo: quieren implicar al Ejecutivo que preside Esperanza Aguirre en estas presuntas tramas urbanísticas para erosionar al Partido Popular de cara a los próximos comicios autonómicos, donde los sondeos le dan una nueva mayoría absoluta, de ahí que nos sorprende el silencio mantenido por Génova en este asunto. Tercero: se aprecia una fuerte confrontación entre algunos empresarios del sector de la construcción, sobre todo entre aquellos que han adquirido terrenos en el Área Homogénea Norte y los que se han quedado fuera del presunto negocio inmobiliario. Cuarto: Mario Mingo está en el objetivo de los militantes más críticos del PP local, de ahí que estos quieran implicarlo con empresas que supuestamente han contado con información privilegiada a la hora de comprar terrenos en este municipio.