Opinión

La labor de los abuelos

EL KIOSCO

Pero M. González

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Hace algún tiempo, escribí otra columna en la que también me refería a la labor tan importante que en la actualidad desarrollamos los abuelos. En ella decía que el papel que ejercemos era no escogido, lo contrario de la paternidad, que lo era por derecho. Y cómo en la sociedad actual, con la mujer cada vez más integrada al trabajo, el papel de los abuelos es primordial.

Ningún padre o madre, si ya están retirados, como premisa fundamental, consiente dejar sin trabajo a su hija o hijo por cuidar a sus nietos, porque ellos están ahí. Incluso, según las estadísticas, la abuela ejerce un papel principalísimo. Pero no hay un síndrome de abuela esclava, pues ellas están encantadas de hacerlo. La labor de los que somos abuelos, y algunos, aún no jubilados, contribuye al desarrollo de una sociedad más moderna y más igualada, pero con un no rotundo a la pregunta de si cuidarían a sus nietos como lo hacen sus padres. La actual es, pues, una solución provisional que es explicable por la convivencia de la última generación de amas de casa y las primeras de madres trabajadoras. Por eso no puedo evitar hablar de mi nieta y decirles que ha cumplido ya 4 años. Y la veo ya como una persona que no va a desagradar, sensible, inteligente y hasta bonita. Se pasa con nosotros -sus apasionados abuelos- muchas horas del día y, a veces, de la noche. Es nerviosa, inquieta y muy juguetona. Tiene sus cosillas, que más de una vez justificamos y otras nos acordamos de la madre que la parió, que, por cierto, es idéntica. Mi nieta forma ya parte de nuestra vida y sin ella nuestro entorno no tendría sentido. Sería tan gris, tan triste como todo lo que no es ella. Para poner fin a estas líneas, simplemente un deseo: que cuando sepa leer, alguna vez me lea.