Julio Aparicio, que paseó un trofeo, fue recibido con una gran ovación por el público tras su espeluznante cogida en Madrid
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Después de mucha incertidumbre, al final hubo toros en el Real Sitio de San Lorenzo del Escorial el pasado 10 de agosto. El alcalde, José Luis Fernández-Quejo, puso todo de su parte para no dejar sin toros a su pueblo en día grande de sus fiestas. La empresa de César Soto hizo un importante esfuerzo y confeccionó un cartel con interés que contó con una aceptable respuesta de público, a pesar de la escasa difusión y de que el cartel vio la luz apenas 10 días antes de su celebración.
En el plano artístico hubo cosas de relieve. El Cid protagonizó una tarde redonda y se fue de San Lorenzo con tres orejas en el esportón y la sensación de encontrarnos ante un torero recuperado y que cuajó una de las mejores faenas de la temporada. Tuvo la suerte de encontrarse con el toro más claro de la descastada corrida de Juan Pedro Domecq, y el diestro sevillano realizó una faena sublime, toreando con mucha profundidad en naturales de gran trazo y limpieza. Rubricó su labor de una gran estocada y paseó el doble trofeo. Antes había exprimido a un astado noble y soso al que toreó con suavidad en series breves pero que calaron en el tendido. También le recibió de capa con unos lances muy garbosos, lo que en conjunto le valió para pasear un apéndice.
Ovación para Aparicio
El público de San Lorenzo trató con mucha sensibilidad a Julio Aparicio tras su espeluznante cogida en Madrid. Esta afición le quiere y le espera, y se notó tras la gran ovación que le tributó el tendido. El primero se rajó muy pronto y el diestro no pudo expresar su toreo. Sin embargo, con el cuarto hizo un gran esfuerzo por agradar, a pesar de no estar completamente recuperado. Dejó muletazos y resortes de mucha inspiración que fueron muy jaleados. Hubo un natural para enmarcar. También mucha torería y tras dos pinchazos y media estocada arriba cortó un trofeo que paseó muy emocionado.
Alejandro Talavante quedó inédito en San Lorenzo. Primero se topó con un astado de Parladé chico y con muchas complicaciones, por lo que el torero pronto decidió montar la espada. Al toro que cerró el festejo le dio un ataque en plena faena y cayó fulminado, de modo que Talavante quedó sin poder mostrar nada de su tauromaquia en en esta corrida.