Collado Villalba

La cobardía política del alcalde de Collado Villalba

OPINIÓN

(*).- Este artículo fue publicado en la página web de El Faro del Guadarrama el 11 de agosto de 2010.

Manuel J. Ortega | Miércoles 22 de octubre de 2014
Montesquieu, cronista y pensador político francés, dijo que “la cobardía es la madre de la crueldad”. Y esto lo puso de manifiesto, una vez más, José Pablo González Durán en el pleno celebrado por el Ayuntamiento de Collado Villalba el pasado viernes cuando, sin ton ni son, arremetió contra los grupos de la oposición críticos con su gestión y también contra nuestro periódico (aún sin mencionarnos) a sabiendas de que ni Partido Popular, Izquierda Unida ni ADEI (se había acabado el turno de réplicas), y aún menos este medio (estábamos ya de vacaciones) podríamos rebatir sus falacias. Y eso en román paladino, que es el idioma que entiende el pueblo llano, tiene un calificativo: cobardía.


González Durán (por sus hechos le terminaremos conociendo) da la sensación de considerarse el listo de la película y, además, que el resto de los mortales somos tontos. Para llegar a esta conclusión sólo hay que escuchar sus intervenciones plenarias, sus mensajes sibilinos, sus descalificaciones y su tono de voz, fuerte cuando pretende desacreditar y acojonar al adversario, y suave, incluso pastoso, cuando se viste de promotor-vendedor de un marketing tan falso como su propio mensaje. Es decir, de político que ni siente ni padece y que menosprecia la inteligencia de quienes no piensan igual que él. Sólo admite en su entorno vasallos o compañeros dóciles (por eso les retribuye generosamente), para que no le creen problemas, y a periodistas que escriban sus impertinencias como si fueran los deberes del cole, siempre al dictado de sus cargos de confianza, que después publican en sus subvencionados medios, sin ningún tipo de criterio. Ignora, olímpicamente, que la verdadera democracia sólo se fortalece informando, formando y haciendo partícipes de las decisiones a la ciudadanía y a sus colectivos más representativos.

Una acusación incierta
El tema que ha dado origen a este artículo está relacionado con las últimas palabras pronunciadas por el alcalde villalbino en la sesión plenaria celebrada el pasado viernes, cuando interpelaba al líder del grupo municipal del Partido Popular, Agustín Juárez de Coca, sobre un supuesto DVD repartido por el grupo popular local entre los comerciantes villalbinos en el que, al parecer, aparecía una desafortunada intervención del señor González durante un pleno con la que intentaba justificar la implantación de un nuevo centro comercial en los terrenos de la ITV (Caño de la Fragua), diciendo: “Yo no les voy a hacer la caja a a los comerciantes villalbinos”. José Pablo González, repito, no tuvo siquiera la valentía de mencionar el nombre del medio de comunicación que desde hace meses viene grabando las intervenciones del pleno, y que no es otro que El Faro del Guadarrama, pero no hay que ser muy inteligentes para saber que estaba hablando de nuestro periódico, dado que los otros dos que se editan en nuestra ciudad, como es público y notorio, los tiene en ‘nómina’.

Señor González, nuestro periódico está en su derecho, como medio de comunicación, de grabar los plenos, al tratarse de un acto público, pese a que usted, igual que ha hecho con otros servicios, le gustaría privatizar. Y, pese a que no le agrade que lo hagamos, estamos en nuestro derecho de ceder gratuitamente esas imágenes a quien nos las solicite. No hay pues contratos de por medio (algo que tampoco usted entenderá, acostumbrado como está a pagar con el dinero de sus contribuyentes cuantos servicios contrata). Por eso nos parece absurda y fuera de lugar la advertencia que le hizo al portavoz popular sobre si es o no legal que un partido político tenga contratos con empresas que mantengan deudas con entidades públicas. Y lo es, sobre todo, cuando ésta viene de la mano del máximo responsable político de un Ayuntamiento que está, según manifestó no hace mucho Octavio Granado, director general de la Seguridad Social, entre los 10 ayuntamientos más morosos de nuestro país al mantener, a día de hoy, una deuda con dicho organismo de unos 100 millones de pesetas (el importe inicial ascendía a más de 170 millones, más intereses) y que tras la firma de un convenio con la Seguridad Social, se está amortizando previo pago de 55.680 euros mensuales. El Faro del Guadarrama, al igual que miles y miles de empresas españolas, ha tenido y tiene problemas para pagar algunos meses las cuotas de la Seguridad Social, pero la deuda que tiene contraída es infinitamente menor que la de su Ayuntamiento. Y lo más grave, y eso usted se lo calla, es que la misma se ha generado básicamente a consecuencia de la morosidad mostrada por algunos ayuntamientos con este periódico a la hora de abonar los importes de los contratos de publicidad .Y casualmente, entre esos morosos está también el Ayuntamiento de Collado Villalba, es decir el suyo -nunca mejor dicho-, con una deuda que supera los 3.000 euros, cantidad generada hace casi dos años y que nuestro departamento de administración la ha puesto en conocimiento de la Tesorería de la Seguridad Social para que, si tiene suerte, lo pueda cobrar.

Pero aún le diré más ,señor alcalde: nos gustaría que el mismo celo que tiene con nosotros a la hora de hacer pública nuestra situación financiera, lo tuviera también con sus empresas afines, porque que nosotros sepamos, al menos un periódico, curiosamente subvencionado por el Consistorio que usted preside, no hace muchos meses, suponemos que con la intención de poner tierra de por medio ante la presión de sus proveedores, cambió de empresa editora, de administrador y hasta trasladó su domicilio social al municipio madrileño de Camarma de Esteruelas. ¿Se ha preocupado usted en saber si esta empresa tiene deudas con Hacienda o la Seguridad Social o si cumple las sentencias dictadas contra sus administradores por los tribunales? ¿Por qué no denunció a estos mismos empresarios (la noticia la publicaron Antena 3 y El Mundo), cuando en su condición de promotores fueron denunciados por el Canal de Isabel II por un supuesto fraude, al sustraer miles y miles de litros agua de una acometida pública para realizar sus obras?
Nada de chantajes
Señor alcalde, es público y notorio que usted tiene dos varas de medir y en este periódico tenemos pruebas de ello, pero lamento decirle que no nos va a callar; que vamos aseguir manteniendo nuestra línea editorial, haciendo nuestro trabajo con ilusión, convicción y coraje, sin admitir nunca el chantaje. ¿O acaso usted pretende que le hagamos la ola cada vez que toma una decisión equivocada, las más de las veces, para el municipio? ¿O que callemos cuando sus conciudadanos se sientan abandonados por su alcalde, como ha sucedido en los últimos años? ¿Por qué miente? ¿Por qué intenta engañarnos? Vamos a seguir denunciando todo aquello que suponga un quebranto para la economía de este municipio y que con nuestro dinero, es decir, con el de todos los villalbinos, siga comprando voluntades o silencie a algunos medios de comunicación para hacerles cómplices de la mentira, de la manipulación y del engaño. Con nosotros no cuente para obviar la adjudicación de obras a amigos a través de concursos negociados o la agresión al principio de igualdad de oportunidades, colocando a familiares y amigos en puestos de trabajo público o de mantener en plantilla a esa decena de asesores cuya única virtud es pertenecer a su propio partido político. Afortunadamente, la hora de los dioses ha terminado para dar paso a la hora de los buenos administradores públicos, y usted ahí me temo que no tiene futuro. El pueblo es sabio y soberano y con sus votos no me cabe la menor duda de que terminará poniendo a cada uno en su sitio.