El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Se suceden durante las próximas semanas distintas fiestas en las localidades patronales, con las de Collado Villalba a la cabeza en cuanto a afluencia, marcando un paréntesis dentro de un año en el que las alegrías, a nivel general, no han sido muchas, aunque todavía dure la resaca del triunfo de la Selección Española en el Campeonato del Mundo de Fútbol. Así pues, es tiempo de celebraciones, que en cualquier caso deberán desarrollarse respetando en lo posible el descanso de los demás, de modo que sean compatibles los intereses de unos y otros. Por otra parte, en las últimas semanas se han producido distintas decisiones en municipios cercanos como Pozuelo de Alarcón o Torrelodones, en donde las críticas de los vecinos se han hecho cada vez más fuertes, hasta el punto de que en algunos casos hay sentencias judicial es que obligan a cambiar la ubicación del Ferial, mientras que en otros la música tendrá que interrumpirse obligatoriamente a la una y media de la madrugada. No ocurre así en Collado Villalba, donde las carpas estarán abiertas hasta las cinco, hecho que ha provocado las quejas crecientes de los vecinos de la zona de Las Eras, que también tienen que sufrir los problemas de aparcamiento, amén de otras incomodidades (principalmente el botellón y sus consecuencias), hecho que el actual Equipo de Gobierno no calculó en su justa medida cuando decidió cambiar la ubicación del Recinto Ferial, a pesar de que ya entonces había algunas advertencias en este sentido. Por otra parte, y antes de que haya que lamentar desgracias, cabe pedir a los ciudadanos que eviten absolutamente cruzar a pie la carretera de Navacerrada, además de hacer uso de los autobuses gratuitos que habilitará el Consistorio villalbino.
Finalmente, tampoco se deberían repetir las imágenes de las que en esta misma publicación nos hicimos eco tras las pasadas fiestas de San Antonio en Collado Villalba Pueblo, cuando numerosos vecinos remitieron comentarios y fotografías denunciando el lamentable estado en que habían quedado espacios como la Dehesa. Celebraciones, seguridad, respeto y cuidado medioambiental no deberían ser en ningún caso ser términos incompatibles, aunque año tras año se produzcan casos que inviten a pensar lo contrario. En definitiva: diversión sí, pero con responsabilidad.