Toros

El Juli y Alejandro Talavante rozan pasear una oreja en Las Ventas

T APUNTES AISLADOS EN LA TARDE EN LA QUE DEBÍA TOREAR JOSÉ TOMÁS

ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
Julián López El Juli y Alejandro Talavante estuvieron muy cerca de cortar una oreja el pasado sábado 12, en la plaza de Las Ventas de Madrid, en la segunda corrida de toros donde debía actuar José Tomás, quien no pudo hacerlo por la cornada sufrida en Aguascalientes (México).

Se esperaba mucho más de los toros del Ventorrillo, pero hasta tres astados acabaron rompiendo en la muleta, aunque en los primeros tercios fueran muy mansos y huidizos. La corrida cumplió, tuvo mucho lustre, bien comida y apretada de carnes; fue de las mejor presentadas del año. Las orejas que se pudieron pasear fueron de muy diverso contenido.



El Juli estuvo perfecto ante un toro del Ventorrillo bueno y alegre, pero que al que le faltaron finales cuando el torero le apretó. En los tendidos se vivió mucha controversia. Entre los partidarios del madrileño y los escépticos que le midieron con lupa y no le perdonaron, pitando lo que hacía el de Velilla, que no acaba de convencer del todo en Madrid. Su faena fue de torero cuajado e inteligente, con un comienzo soberbio y muy torero. Por el lado izquierdo hubo varios muletazos enganchados y llevados muy atrás. El colofón por abajo tuvo empaque y la estocada fue letal y tiró al toro sin puntilla de forma rápida. ¿Qué faltó entonces para no convencer? El Juli torea excesivamente en línea recta, se ciñe poco con los toros y los suelta muy lejos para traérselos nuevamente toreados. Deja la pierna muy retrasada y en Madrid gusta que se le gane un paso entre pase y pase, ajustándose más con los animales. La petición fue mayoritaria y el torero sólo por eso mereció la oreja, con independencia de gustos. No quiso dar la vuelta y fue ovacionado. En el quinto, el diestro debió poner más entrega, porque dio la sensación de sentirse derrotado, entregando la cuchara y no apretando el acelerador.

Soberbio Talavante
Gustó mucho más Alejandro Talavante, que si no marra al final con el descabello hubiese cortado una oreja con total seguridad.

El toro del Ventorrillo no se definió en los primeros compases, pero terminó siendo un buen astado que acometió con celo, clase y motor.

El diestro hizo un comienzo primoroso con varios cambiados de manos y un trincherazo sensacional. La faena parecía que no remontaba, pero cuando el extremeño se echó la muleta a la izquierda se encontró a gusto y cuajó al toro. Al natural trazó muletazos cumbres que fueron muy jaleados por el público. En la media distancia, y de uno y uno, dibujó cartelazos de toros. Todo se vino abajo tras dejar una estocada atravesada.

El otro ejemplar cayó en manos de Manolo Sánchez, que ofreció una tarde tan hueca y fría como su ánimo. Este buen toro mereció otro trato, porque en la muleta tuvo veinte pases.

Novillada en Madrid
Este domingo, 20 de junio, se celebrará una novillada con picadores en Las Ventas. Francisco Pajares, Pedro Marín y Pablo Lechuga se las verán con utreros de Alcurrucén.