Toros

Prometedora actuación de Alberto López Simón en Alpedrete

Mariano Rojo, en un momento del festival taurino
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014

Novillada con picadores / 1ª abono - Sábado, 22 de mayo de 2010
Dos tercios de plaza. Novillos de Monte la Ermita, desiguales de presentación y sospechosos de pitones. Los tres primeros, más bonitos, y los tres últimos feos, altos y zancudos. De juego desigual. 1º y 4, flojos y sin fuerza; 2º, bueno; 3º y 6º, mansos y manejables. 5º, descastado. Alejandro Enríquez, oreja y silencio; Mario Alcalde, dos orejas y oreja y Alberto López Simón, oreja y dos orejas y rabo.

Festival taurino no benéfico / 2ª abono - Domingo, 23 de mayo de 2010
Lleno. Un novillo para rejones de Toros de la Plata. El rejoneador Mariano Rojo, dos orejas; cuatro novillos de Francisco Rivera, mal presentados y deslucidos. Rivera Ordóñez, oreja y silencio; Raúl Gracia El Tato, ovación y silencio. Un eral de Pilar y Tomás Entero, manejable. El becerrista Víctor Tallón, dos orejas y rabo.

El novillero Alberto López Simón se reveló en Alpedrete como una firme promesa en el escalafón de novilleros. Tuvo una actuación importante y se le vio como a un torero de lo más interesante. El madrileño, aún en ciernes, es una mezcla de Talavante y César Jiménez, y aunque esté todavía por definir puede desembocar en un torero bueno. Se nota la mano de José Luis Maganto, su protector y maestro, aunque luego figure como apoderado Tomás Entero.

Lo más brillante de esta feria fue la novillada del sábado, ya que el festival taurino fue una parodia. Ver a dos toreros “conocidos” enfrentándose a cuatro novillos mochos es un ridículo y, si además vienen a cumplir el expediente y cobrar, aquello se traduce en un festejo descafeinado.

Rivera Ordóñez y El Tato pasaron casi de puntillas y sin hacer ruido el domingo 23. Cómo sería la cosa que sólo el mayor de los Rivera consiguió pasear una oreja, y eso que la presidencia de Alpedrete es muy dada al triunfalismo y a dar trofeos a mansalva. El Tato se fue de vacío.

El rejoneador Mariano Rojo consiguió dos orejas y el becerrista local Víctor Tallón, los máximos trofeos.

Buen toreo en la novillada
La novillada con picadores si fue un festejo entretenido gracias al buen toreo de López Simón y también de Mario Alcalde, que dejó detalles y cosas dignas de mencionar.

Dentro de la novillada de Monte la Ermita hubo un poco de todo. Desde utreros muy blandos a otros que se dejaron, además de alguno bueno, como fue el segundo de la tarde. La presentación ya fue otro cantar, aunque hubo un par de astados bien hechos.

López Simón sólo le arrancó un trofeo a su primero por marrar con el acero. Comenzó la faena francamente bien de rodillas, ligando los muletazos y toreando muy largo y por bajo. Su labor ante un novillo manso y noble tuvo momentos de relieve y toreo desmayado y con buen sentido del temple, aunque por ponerle un pero a veces se preocupe más de componer la figura que de torear.

Al sexto, al que lanceó muy bien de capa, le supo aprovechar bien, a pesar de que tenía tendencia a rajarse. Consiguió torear primorosamente al natural con un toreo muy encajado y llevando muy cosido al novillo de la Ermita. Mató de una estocada y paseó los máximos trofeos.

Mario Alcalde también apuntó cosas. Sin terminar de redondear con el buen novillo que hizo segundo, se le ve que quiere torear bien y despacio. Se coloca perfecto y dejó momentos aislados destacados. Cobró una gran estocada que tumbó al novillo sin puntilla. Otra gran estocada y una faena de detalles le ayudaron a conquistar otra oreja del quinto.

Bien distinta fue la actuación de Alejandro Enríquez, con dos novillos sin fuerza, pero él pasó sin decir nada.

El último gran triunfador del ciclo serrano fue Tomás Entero, que se llevó la palma. Si a los 89.000 euros de subvención municipal le añadimos los ingresos de taquilla, el pelotazo que ha dado con el apoyo del Ayuntamiento ha sido tremendo.

La plaza portátil era pequeña (2.000 localidades), pero hubo buena asistencia de público. La política de precios (10 euros por festejo) resulta un buen aliado en tiempos difíciles. A ver si Entero continúa con este populismo y cuando llegue la feria de Santiago en Collado Villalba no tiene el atrevimiento de poner las novilladas picadas a 26 euros como en los últimos años.