PUNTO DE VISTA
Por: Víctor M. Martínez
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Estos días asistimos a una encubierta intervención de la economía española por parte de la UE, que nos ha obligado a tomar unas medidas muy dolorosas que se podían haber evitado de haber seguido la ortodoxia económica hace ya tiempo. Son los problemas de tener como líderes a iluminados que creen que los problemas dejan de existir simplemente ignorándolos y que las crisis desaparecen declarando el optimismo universal.
Este es el más claro ejemplo de lo que puede llegar a ocurrir cuando políticos irresponsables llegan al poder. Y José Pablo González, alcalde de Collado Villalba, es uno de ellos. En el último pleno daba la medida de su concepto de responsabilidad social cuando respondía a la oposición con una frase que da miedo: “La deuda del ayuntamiento alcanza el 70 por ciento de los ingresos, lo que no es preocupante porque el límite legal es el 125 por ciento”. Seguramente en su subconsciente esté la idea de alcanzar esa cifra si consigue gobernar otra legislatura más. Este mago de las finanzas no tendría precio como ministro de Economía... griego. De hecho, todas sus decisiones van por el mismo camino: gastar y endeudar al Ayuntamiento. Porque esa es la característica de los malos políticos: endeudar las instituciones y gastar siempre más de lo que ingresan. Al fin y al cabo, ellos no tienen responsabilidad sobre la deuda. La deuda la pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos y cuando los impuestos no alcanzan, pagamos esa deuda recibiendo muchos menos servicios. Y lo más grave de todo, es que la mayor parte de la deuda generada por José Pablo González lo ha sido en discutibles decisiones más cerca del gasto o despilfarro que de la inversión que genere un retorno en forma de empleos estables y de calidad. De hecho, la ridícula y absurda obra del túnel se ha llevado por delante 40 millones de euros en un proyecto más cercano a la megalomanía que al servicio público y sólo ha creado cuatro o cinco puestos de trabajo. Muy al contrario, provocó el cierre de algunos comercios de Honorio Lozano por la insólita duración de las obras. Menudo papelón para un supuesto socialista.
En cuanto al maquillaje contable que utiliza González ¿qué decir? Nadie sabe bien cuál es la verdadera deuda del Ayuntamiento. Llevamos 10 años escuchandole decir que el ejercicio se ha cerrado con “remanente positivo de tesorería”, como si estuviese a punto de repartir beneficios entre los ciudadanos, pero la deuda bancaria y no bancaria no ha hecho más que crecer. Y ahí están las facturas que se adeudan y no se contabilizan porque no estaban presupuestadas, de manera que no aparecen como deuda. Así que el próximo alcalde estará abocado a realizar una auditoría para saber cuál es la verdadera situación económica.
Por supuesto que a esta situación no hemos llegado de casualidad. Más de una década gastando irresponsablemente tiene consecuencias nefastas antes o después. Un simple ejemplo: desde 2001 a la actualidad, la población villalbina creció un 23 por ciento, mientras los ingresos por impuestos directos lo hicieron un 163 por ciento. ¿De dónde creen que que sale la mayor parte de ese incremento? De la brutal subida de impuestos ejecutada por los distintos equipos de gobierno socialistas. Un último dato: en el mismo periodo de tiempo los gastos financieros se han disparado un 448 por ciento. Es decir, a pesar del cruel incremento de la presión fiscal, José Pablo González, ha seguido multiplicando el déficit hasta límites inauditos demostrando una ineptitud sorprendente. Y yo me pregunto ¿quién nos rescatará cuando estemos en quiebra?