“NO SE PUEDE SENTIR UNO MÁS MEXICANO”, SEÑALÓ EL TORERO AL ABANDONAR EL HOSPITAL
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
José Tomás ya se encuentra en su casa de Aguascalientes (México), descansando y recuperándose de la gravísima cornada que le infirió un toro de Santiago en esta ciudad el pasado 24 de abril y que le tuvo al borde de la muerte.
El torero de Galapagar recibió el pasado sábado el alta medica. José Tomás salió por la puerta de urgencias del hospital Antonio Hidalgo, la misma por donde ocho días antes había ingresado herido de gravedad. Y con esa naturalidad y ese sosiego que demuestra siempre este genio del toreo, tuvo tiempo para hacer una rueda de prensa ante 50 medios. Sin un gesto de dolor en su rostro, con las secuelas y el desmejoramiento lógico como consecuencia de la cornada, pero con la humildad y la sencillez que le caracterizan, leyó un emotivo discurso que él mismo se ocupó de escribir de su puño y letra. Con síntomas claros de emoción, el divino de Galapagar tuvo palabras llenas de agradecimiento, nacidas de lo más profundo de su interior. “Aquí, en esta tierra humilde de toreros, aquí recibí mi primera cornada grave. Desde entonces llevo sangre mexicana y hoy soy mexicano de adopción. Este discurso ha sido superado por los últimos acontecimientos. Ayer recibí la sangre de México. No se puede sentir uno más mexicano y más agradecido. Gracias, A todos os llevo en mi corazón”, dijo el torero.
También hubo palabras para el equipo médico y los doctores que salvaron su vida: Alfredo Ruiz y Juan Carlos Ramírez; para los aficionados de todo el mundo que han estado pendientes de su recuperación; para el Gobernador del Estado, y sin olvidar a los medios de comunicación, que han respetado su intimidad.
Tras terminar de leer el escrito, el torero enfiló el camino hasta una furgoneta blanca, se montó sin perder nunca la sonrisa y con la mano derecha esbozó un adiós con la misma tranquilidad y torería que hace cuando brinda un toro en la arena de una plaza de toros.
Todavía no se conoce el tiempo que el torero permanecerá en México recuperándose. No se sabe aún cuando partirá rumbo a España. De momento, seguirá allí al lado de sus familiares y amigos. Su recuperación es lenta pero satisfactoria. Que haya recibido el alta tan pronto y su evolución sea tan buena no se debe confundirnos con la seriedad del percance, ya que José Tomás necesitará tiempo, porque su vida ha estado más que nunca en el filo de la navaja.
Suena todavía mal hablar de reaparición. El torero ha salvado su vida, su pierna, y eso es lo que importa. Aventurar nada es muy osado. En las próximas semanas ya se despejaran las incógnitas.
La rotura de una femoral necesita meses. Por fortuna, en el parte emitido no afectó a la ilíaca y a la safena y eso ayuda a que los plazos se acorten, pero a José Tomás se le han transferido grandes cantidades de sangre y el proceso es lento.
La leyenda se agiganta con las femorales rotas. La sangre del Dios de piedra de Galapagar aumenta. El mito ha salido triunfante, y más cuando la historia del toro Navegante a punto estuvo de alistarse a la de los célebres Islero y Burlero. El destino ha hecho más grande al más grande.
‘Galápago de Oro’
El alcalde de Galapagar, Daniel Pérez ha tenido un bonito gesto. El PP llevó a pleno una propuesta para conceder una Mención de Honor a los médicos que salvaron la vida de José Tomás en Aguascalientes. El prestigioso galardón Galápago de Oro de la feria taurina de este municipio cuenta desde este año con un nuevo galardón para Alfredo Ruiz, Juan Carlos Ramírez y Rogelio Pérez. Esta mención nace como agradecimiento a su encomiable actuación. De esta manera, el Ayuntamiento y el pueblo de Galapagar les rinden homenaje. La propuesta fue llevada a pleno y aprobada, aunque con la abstención del PSOE e IU.