Toros

Partido de Resina lidia en Madrid una ilusionante corrida de toros

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La vuelta a la plaza de Las Ventas de la histórica ganadería de Partido de Resina supuso toda una alegría para los aficionados. Tras varios años sin aparecer por Madrid, los propietarios de los pabloromeros enviaron un lote que nos hace albergar muchas esperanzas de cara a su recuperación.


El encierro tuvo hasta tres ejemplares que se movieron, humillaron y que además hicieron una buena pelea en la suerte de varas. No aparecieron los pecados que hicieron descolgarse a la divisa de las ferias:: la flojedad de remos, el descastamiento o la sosería. Los seis toros, además, tuvieron una impresionante presentación. Hubo verdaderas pinturas: quinto, sexto, y sobre todo, el precioso segundo, que fue el más importante de la tarde. Se movió y tuvo muchas opciones que no fueron explotadas por el valenciano José Calvo, al que se le vio muy mermado de una rodilla. Hacía tiempo que no veíamos embestir un toro de Partido de Resina con esa fijeza, ese galope y esa prontitud a los cites.

Si se desquitó Calvo en el sexto, un toro que tuvo nobleza y estilo pero mucho más tardo en acometer. Tenía una justa oreja en su mano, pero lo enturbió con la espada y descabello. Fernando Cruz, que no pasó de discreto con su complicado primero, estuvo más convincente con el quinto, al que le realizó una faena de toma y daca. Álvaro Ortega pasó de puntillas con el toro de la conformación y se metió entre los pitones de su segundo, en una faena con más arrebato que brillantez.

Lo mejor de la tarde fue el buen toreo de José Calvo y sobre todo tres importantes toros de una vacada que casi dábamos por muerta, a pesar de tener a sus espaldas escritas bellas páginas del toreo y la responsabilidad de ser un encaste en peligro de extinción.