Rechazadas las alegaciones de La Huerta

En la sesión plenaria celebrada el día 31 de enero de 2002, y pese a la ausencia de tres ediles del grupo municipal socialista (Tránsito Valdegrama, Ángel Delgado y Alberto Sanz del Burgo, quienes, al parecer, discrepaban con la gestión del alcalde), las alegaciones presentadas a la recalificación del sector SU-1.4 ‘La Huerta’ fueron rechazadas en bloque por PSOE e IU. En contra votó el grupo municipal del PP. En el debate previo a la votación, Izquierda Unida, socio de gobierno del Partido Socialista, propuso que el tema quedase sobre la mesa, algo que también recomendó el propio secretario del Ayuntamiento, pero el alcalde, José Pablo González, siguió adelante con el asunto alegando que no se trataba de aprobar un planeamiento, sino de “dar por cumplimentado un trámite solicitado por la Comunidad de Madrid”. No obstante, IU condicionó su voto al dictamen que emitiesen al respecto varios técnicos de protección ambiental, tal y como le había prometido el regidor. También el edil de Urbanismo, José A. Gómez Sierra, se explayó a la hora de bendecir esta recalificación, destacando las ventajas que suponía para el municipio, pues con ello el Ayuntamiento obtenía suelo para la construcción de una universidad (¿pensaban ubicar aquí la UDIMA?) y para construir 50 viviendas sociales (¿?), asegurando que la protección de este paraje estaba garantizada, ya que el suelo iba a ser de propiedad municipal y obviando que en estos terrenos de alto valor ecológico lo que verdaderamente primaba era recalificarlos para poder construir 300 viviendas. El hecho de que meses más tarde el propio alcalde le comprase a la empresa promotora de este suelo un chalé construido en la zona de Villalba-Pueblo (donde aún reside) hizo que aumentasen las suspicacias sobre la recalificación urbanística de La Huerta.