El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La visita del ministro de Política Territorial y vicepresidente tercero del Gobierno central, Manuel Chaves, puso fin ayer de forma oficial a las obras de la calle Real, la actuación más importante de las ejecutadas en Collado Villalba con cargo al Plan E. Un acto con claros tintes electoralistas, aunque, por mucho que lo intentasen los responsables municipales, en ningún caso se pueden obviar los cuatro meses de retraso que han acumulado estos trabajos, con el consiguiente perjuicio para los establecimientos de la zona.
Al margen de las loas de rigor (el alcalde, José Pablo González, se deshizo en elogios al ex presidente de la Junta de Andalucía, región que, por cierto, está a la cabeza del paro en España), hay algunos detalles sobre los que merece la pena detenerse: uno de ellos es el de las protestas de los sindicatos Comisiones Obreras, CGT y CPPM a las puertas del Ayuntamiento, que tanto el regidor como el ministro ignoraron de la manera más absoluta, dejando en mal lugar esa ‘O’ de ‘Obrero’ que el PSOE parece empeñado en enterrar a marchas forzadas. Tampoco conviene pasar por alto el desprecio mostrado hacia la Asociación de Comerciantes y Empresarios ADEC Villalba Futura, que ni siquiera fue invitada al posterior paseo protocolario por la calle Real. Se da la circunstancia de que este colectivo ha sido el más crítico con la gestión del Ejecutivo, censurando además el momento elegido para desarrollar estas controvertidas obras que ahora por fin han llegado a su fin. Quizá por eso el regidor y su equipo hayan optado por arrinconar y silenciar a los integrantes de esta asociación, dando la espalda una vez más a las necesidades, inquietudes y problemas de los ciudadanos. Se trataba, por supuesto, de hacerse la foto, iniciando con toda seguridad un largo serial con la vista puesta únicamente en las elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán en un año, pero haciendo oídos sordos a quienes piden un cambio en la manera de gobernar que, a estas alturas, ya se antoja imposible.