ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
La manifestación convocada el pasado domingo 28 de marzo en Madrid bajo el lema La cultura no es tortura puede calificarse como de un rotundo fiasco. Más de 50 colectivos, entre los que se encontraban grupos políticos y ecologistas, no fueron capaces de reunir a más de 1.000 personas a pesar de sus continuados esfuerzos de llegar a la población. La marcha partió desde la Plaza de la Villa y finalizó en la Puerta del Sol. Con pancartas y carteles los manifestantes lanzaron proclamas contra la presidenta regional, Esperanza Aguirre, tras su decisión de declarar la Fiesta como Bien de Interés Cultural.