TRIBUNA ABIERTA
Por: José Manuel Saiz Álvarez - Director del Doctorado en Ciencias Empresariales y Director del American Business Program (ABP)-Boston y del European Business Programme (EBP-España), Universidad Nebrija.
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Qué es lo que quieres hacer?”, “¿Qué carrera quieres estudiar?”. Estas, entre otras preguntas, son cuestiones típicas cuando se acerca el final del Bachillerato. ¿Cómo tomar una buena decisión? ¿Qué factores hay que tener en cuenta?
Un buen y racional proceso de toma de decisiones pasa, en primer lugar, por conocerse a sí mismo. ¿Qué ilusiones tengo?¿Qué me gustaría ser de mayor?¿Cómo me sentiría realizado conmigo mismo y con los demás? ¿Cómo puedo ser más útil a la sociedad y a mi familia actual y futura?. Para responder a estas preguntas vitales sólo hay un camino: autoanalizarse para discernir cuáles son los puntos fuertes (y menos fuertes) de cada uno y actuar en consecuencia. En esta vida tan competitiva hay que ser ambicioso, pero impregnado de realismo, para así lograr la meta soñada. La sabiduría popular afirma que querer es poder, pero siempre hay que valorar las propias fuerzas para conseguir un objetivo.
Una de las claves para conseguir éxito profesional pasa por elegir una Universidad de prestigio en la que primen las buenas prácticas laborales, el carácter práctico de las clases, la calidad del profesorado y la amplitud y el rigor de los conocimientos que se transmiten tanto en el aula como en las actividades extraacadémicas.
Uno de los pilares para lograr una buena transmisión de conocimientos pasa por la calidad y la acreditación profesional del profesorado. Las buenas universidades, sobre todo las privadas de primer nivel, atraen a los mejores docentes, muchos de los cuales han de pasar por un proceso de acreditación de su calidad docente e investigadora. De hecho, y según la Ley de Ordenación Universitaria (LOU), al menos un 50 por ciento del profesorado de las universidades privadas ha de ser doctor y estar acreditado positivamente en concurso público, ya sea por una agencia autonómica de calidad (en el caso de la Comunidad de Madrid por la Agencia de Calidad y Prospectiva de las Universidades de Madrid, ACAP) o por la Agencia Nacional de Evaluación de Calidad y Acreditación (ANECA). De ahí que ayude a saber elegir bien la realización de un análisis detenido de los perfiles curriculares del profesorado que las buenas universidades muestran en Internet.
Otro de los factores clave para distinguir a una buena Universidad viene dado por la calidad de los programas conjuntos con universidades extranjeras, así como la realización de prácticas laborales y la trayectoria profesional de los antiguos alumnos. En este sentido me alegro especialmente cuando antiguos alumnos míos, nada más acabar sus estudios en uno de los programas de élite de Nebrija con doble titulación oficial internacional, con el conocimiento de varios idiomas y experiencia profesional adquirida durante la carrera, hoy en día, apenas un año después, ocupan importantes cargos directivos en grandes empresas, muchas de ellas multinacionales. En las buenas Universidades, tanto públicas como privadas, no regalan el título, sino que hay que luchar por ello en función de la carrera y la Universidad elegida.
Saber elegir bien ahora para tener éxito futuro. Acertar es lo importante pensando siempre que las decisiones de hoy determinarán a largo plazo la trayectoria vital de los profesionales del futuro.