El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Victorino Martín volvió a dejar intacto su pabellón ganadero en la feria de Castellón. El encierro lidiado el pasado domingo 14 resultó interesante, muy complicado y duro en ocasiones, pero con la filosofía que se espera de esta vacada madrileña que le ha hecho ganarse el respeto de los aficionados.
El lote enviado no resultó bravo en varas, y no se empleó del todo, pero en la muleta hubo dos toros encastados, bravos y con mucha vibración y poder, primero y sexto.
José Luis Moreno, que había entendido muy bien al primer toro que humilló mucho y vendió cara su vida sufrió una cornada de 20 centímetros en el muslo derecho cuando se disponía a estoquearle y al que tenía las dos orejas cortadas.
Rafaelillo le tocó en suerte el sexto, que resultó bravo y con emoción, y al que le cortó una oreja, pero mereció otra, ya que la presidencia estuvo muy cicatera porque el torero hizo un esfuerzo ante un toro bravo. El resto de victorinos sacaron más dificultades y no rompieron. Luis Bolívar dio una vuelta al ruedo.
Adolfo Martín, en Valencia
Por su parte, Adolfo Martín también pasó con buen pie la responsabilidad que supone lidiar una corrida en Valencia tras su triunfo en 2009. La corrida suscitó variedad y tres toros tuvieron mucho que decir dentro de un conjunto bravo en varas y que se empleó mucho.
José Calvo pudo cortar una oreja a cada toro, pero pinchó con la espada. Fueron dos toros de mucho temple, calidad y muy buenos, que rompieron a embestir por abajo. José Luis Moreno estuvo valiente y firme ante un toro encastado, agresivo y con poder, justamente el toro número seis, que el ganadero había apostado en estas mismas páginas.