OPINIÓN
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
Todas las empresas van a lo suyo. La pela es la pela. Aquí hay para todos. Si hay que valorar la apuesta de Taurodelta en la recién concluida Feria de Invierno en Vistalegre o en Las Ventas, cada año alguien paga el pato por el ahorro. Este año la Feria de San Isidro pinta bien y va haber carteles muy rematados, pero también la empresa minimiza gastos.
El pasado año se quedó fuera José Tomás por no pagarle los honorarios que este coso puede soportar. y que el torero se había ganado con sangre y triunfo.
Pero en plena elaboración de los carteles están abriendo otros frentes. Lo de Enrique Ponce puede ser más o menos entendible. Puedes decir sencillamente que no quieres asomarte por Las Ventas, o bien pedir una cifra que nunca antes había percibido como excusa para no venir.
El caso Juli cabrea más. La empresa le ha echado más cuento. El madrileño ha cerrado dos tardes en Madrid en San Isidro. El torero se animó a una tercera comparecencia para matar los toros de La Quinta, en un gesto que le honra. Pero el asunto se enturbió cuando el apoderado del diestro y la empresa se sentaron a sellar el acuerdo. Taurodelta quería bajar unos cuantos millones al de Velilla por esta corrida y no hubo trato.
Pero para que nadie llamará pesetero y tacaño a José Antonio Chopera, luego dijo que La Quinta no estaba contratada para Las Ventas. Flaco favor se le hace a la afición, porque la corrida de Martínez Conradi interesa a todos. Además, este año se ahorran también a Victorino Martín, que no viene a Madrid. El cartel era importante: Fundi, Juli y Urdiales el 2 de junio. Pero aquí todo se acaba sabiendo y al final Roberto Domínguez, apoderado del torero madrileño, desveló los detalles. Lo que no quiere reconocer Taurodelta es que dando esa tercera corrida a El Juli tiene que gastarse mucho más que con tres espadas de los llamados modestos.
El pasado año el damnificado fue José Tomás. Este año, de otra manera, sale perdiendo El Juli, y también el ganadero, al que le dejan la corrida en el campo ¿Quién será el próximo? Y lo peor, que todo esto repercute en el que pasa por taquilla, porque en Madrid hay dinero para traer lo mejor. Imagínense lo que hacen en los pueblos. Barbaridades...