Situación de emergencia

España se encuentra al borde del abismo económico. Tenemos una tasa de paro insoportable que generará un terrible drama social si no se corrige pronto. Empezamos a tener problemas para financiar una deuda pública desbocada y la confianza internacional en nuestro país se deteriora por semanas. Ante esta situación de emergencia, surgen voces que piden un gran pacto político para afrontar las profundas reformas que necesita nuestra economía.

Pero la clave para salir de esta crisis no es el consenso, sino un cambio radical de rumbo. Un consenso que consolide la política que nos ha conducido a la crisis sólo conduciría al suicidio. El principal problema de Zapatero es que tiene una percepción distorsionada de la realidad. El presidente sólo reconoció la crisis para anunciarnos que estábamos saliendo de ella. Ahora se niega a reconocer que la confianza internacional en nuestra economía se deteriora peligrosamente. Es más, en lugar de tomar medidas para restaurar esa confianza, embiste contra los mercados cual si fueran molinos de viento. El segundo problema es su escasa fiabilidad. Zapatero ha cambiado tantas veces de pareja política y ha traicionado tantos pactos que resulta temerario acordar cualquier cosa con él. El tercer problema es su incapacidad política para corregir su política económica. El PSOE tiene demasiadas hipotecas con los sindicatos y con su electorado como para poder liderar el cambio de política económica que España necesita. Cuando el presidente ha insinuado la más mínima reforma en el sistema de pensiones, quienes le llevaron al poder le han dado un serio aviso. Por ello es urgente que Zapatero abandone el timón si no queremos que la nave de la economía española se hunda.