OPINIÓN
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
Tras anunciarse los calamitosos carteles en Valdemorillo ya intuíamos el desenlace final. Luego resulta que somos muy “cañeros” y “duros”, pero a las pruebas nos ceñimos con el único fin de defender a la afición de este municipio y dignificar buenos festejos. Pero tras la debacle, hacer leña del árbol caído ahora resulta fácil. Tras el desastre, lo que ahora debe prevaler es sacar conclusiones. Cada año el atropello es mayor, y miren que lo triste es que aquí no pasará nada y en 2011 todo seguirá igual. Es lo que hay.
Suena mal decir que si esta feria la monta otro empresario ya estaría de patitas en la calle. Como esto es utópico visto el panorama, cabría rogar que se aplique el cuento y el Ayuntamiento exija calidad. Hacer las cosas bien cuesta un poquito más a la empresa, pero con esa gran subvención, que se rasque el bolsillo. ¿Valdemorillo no puede traer a divisas de distintos palos como Fuente Ymbro, Alcurrucén, Cebada, Adolfo Martín, Carmen Segovia...? Y con una presentación buena. Están en el campo, existen. Pero hay que pagarlas. ¿Y toreros? No la pomada del escalafón, pero ¿El Fandi, Urdiales, Moreno, Pinar? A ver si se enteran los políticos de Valdemorillo que ese es el camino. Que no se dejen engañar ni convencer por falsos mitos.
La Fiesta, Valdemorillo, su afición, este pueblo necesita unos carteles con categoría y con calidad, porque hay dinero sobrado para ello.
Esta localidad no es digna de este trato. Que cada uno apechugue con su parte: propietario de la plaza, empresario y Ayuntamiento, y no precisamente por este orden. La responsabilidad a tres bandas. Ya está dicho que la corrida de San Román fue más que lamentable, pero ¿qué hacía Noelia Mota en la feria? Su actuación fue de circo. ¿Y el pobre Alberto Álvarez? Quizá alguien con enchufe que hizo una llamada. ¿Y el ganado de la novillada? ¿Y la subvención que el Ayuntamiento otorga a Entero?
La culpa es de la empresa que lo contrata, pero lo peor es que el Ayuntamiento sea partícipe en este teatro. Y en vez de asumir su responsabilidad, nos vende la feria, lo tolera y defiende.
Sin toreros a hombros, los triunfadores son Tomás Entero y San Román, porque sus cuentas corrientes han salido ganando. Felicidades.