El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Agentes de la Guardia Civil de los puestos de San Lorenzo de El Escorial, Valdemorillo y Robledo de Chavela detuvieron el miércoles, según informó ayer la Benemérita, a tres miembros de un grupo organizado dedicado al robo en viviendas de la zona Noroeste de la Comunidad de Madrid.
Desde mayo
Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de mayo, tras denunciarse varios asaltos a chalés unifamiliares de la zona. El cruce de datos obtenidos en las inspecciones oculares hizo sospechar a la Guardia Civil que se trataba de la misma banda. Así, los agentes localizaron e identificaron a los presuntos integrantes de este grupo, compuesto por tres personas, de origen español y marroquí, a quienes se les imputa la autoría de al menos 17 robos con fuerza, 10 de ellos en el interior de domicilios. Tras las detenciones, se realizaron registros en dos inmuebles situados en Robledo y Valdemaqueda, donde fueron intervenidos tres coches, dos motocicletas, electrodomésticos, herramientas, juegos de videoconsola y numerosos DVD. Además de los 10 asaltos en chalés de la zona, se les imputan otros dos en casetas de obras y cinco robos de vehículos. Los detenidos, informa el Instituto Armado, son Y. E. K., marroquí de 18 años vecino de Robledo; H. E. B, marroquí de 20 años residente en Valdemaqueda que al verse sorprendido por los guardias civiles no dudó en intentar agredirles para escapar; y un menor de edad español. Todos ellos suman más de 20 detenciones anteriores por hechos similares.
El método de actuación
En cuanto al modus operandi, buscaban viviendas unifamiliares, generalmente segundas residencias, aprovechando los días en que estaban deshabitadas para forzar puertas y ventanas para acceder al interior del domicilio, robando todo aquello que consideraran de valor, como joyas, herramientas, efectos informáticos y aparatos audiovisuales. Para sus desplazamientos, utilizaban al parecer vehículos que previamente habían sustraído y que eran forzados por el menor de edad. Finalmente, la Guardia Civil sospecha que los efectos robados eran destinados a la venta en el mercado, de modo que los recuperados son aquellos que no habían podido colocar.