EL KIOSCO
Por: J. Prats
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Los nacidos en la década de los 60 son los primeros que van a sufrir en sus carnes dos años más de trabajo después de que el Gobierno acordara el pasado viernes retrasar la edad de jubilación.
La generación de los derechos perdidos, conocida ya como “generación jodida”, ha tenido mala suerte porque ve cómo sus logros sociales, por los que tanto ha luchado, disminuyen de forma paulatina. La medida del Ejecutivo afecta de lleno a un segmento de población que se siente agraviado por actuaciones pasadas que contribuyeron a que personas que no pasaban de 55 años se retiraran del mercado laboral con jubilaciones que para sí las quisiéramos el resto de los mortales. Aparte de impopular, da la sensación de que Zapatero actúa de una manera precipitada, algo nada raro en un presidente empeñado en adelantar la derrota del PSOE en las próximas elecciones generales. Este guiño a los sectores más conservadores de la sociedad no le va a llevar a buen puerto. El pato de la crisis se lo están comiendo los asalariados, es decir, los que ponen y quitan gobiernos con sus votos. Ahora sólo falta que se reduzcan las indemnizaciones por despido y todos contentos. El retraso en la jubilación puede presentar factores aún más nocivos, como es cerrar el acceso de jóvenes al empleo. Por contra, en el otro lado, cada vez crece más la bolsa de desempleados de más de 50 años que casi tienen imposible el volver a trabajar. ¿Qué hacemos con ellos? Muy fácil, los que tengan trabajo deberán rendir por dos o por tres personas más. De esta manera, casi seguro, no habrá problema de futuro con las pensiones, porque serán pocos los que lleguen a los 67 años.