Editorial

Incomprensible andanada del alcalde de Collado Villalba contra los comerciantes

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El alcalde de Collado Villalba, José Pablo González (PSOE), continúa haciendo oposiciones para echarse encima a todo el comercio de la localidad, y más después de que en el pleno celebrado en la mañana de ayer se descolgase con las siguientes declaraciones, respondiendo a una cuestión formulada por el portavoz del Partido Popular, Agustín Juárez López de Coca: “¿Cuánto han invertido los comerciantes en sus negocios? Yo no le voy a llenar la caja registradora a nadie”, señaló, para más tarde dar un nuevo paso en su discurso: “Otros pueblos cuentan con comercios más modernos, lo que provoca que los villalbinos vayamos a otros municipios”. Aunque parezca increíble, estas declaraciones proceden de un regidor socialista, defendiendo a capa y espada como “un proceso imparable” aquello que su partido cuestiona a nivel regional, y sumando así un nuevo capítulo en una larga lista de contradicciones.

Y todo ello sin que haya el más mínimo atisbo de autocrítica, pasando de largo por las ineficaces y costosas obras de Honorio Lozano y Batalla de Bailén, que tanto daño hicieron a los establecimientos situados en esta zona, y sin detenerse tampoco en las molestias y retrasos en los trabajos de la calle Real. Para el regidor de Collado Villalba nada de esto existe, de modo que responsabilizó a los propios comerciantes de la situación de progresivo deterioro que sufre este sector.
“Se trata de hacer política para no perder nuestro tejido comercial”, manifestó por su parte el portavoz del PP, alertando del peligro de que este municipio, que durante tiempo presumió de ser la capital de la Sierra, se convierta en una ciudad dormitorio. Basta darse una vuelta por las calles del centro para saber que algo no funciona y que las soluciones aportadas por el Equipo de Gobierno han sido de todo menos eso. En su momento ya hubo quienes le acusaron de maltratar al pequeño y mediano comercio, hecho al que se unió luego el polémico proyecto del Caño de la Fragua, pero en cada uno de esos momentos el alcalde prefirió mirar para otro lado y obviar las críticas de quienes señalaban que éste no era el camino correcto. Y ahora, en plena crisis, sólo se le ocurre decir que la localidad “volverá a tener potencial cuando podamos ofertar productos que hoy sólo encontramos en Madrid o Pozuelo”. Es decir, que se suma a la corriente uniformizadora que deja sin vida a los comercios del barrio, los más cercanos a los vecinos, precisamente aquellos que dan identidad a un municipio y que además son los que generan más empleo estable. Ver para creer.