Por: JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ (Collado Villalba)
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Acabo de leer en la página web de este periódico que el Ayuntamiento está negociando con una entidad bancaria la financiación del nuevo vehículo oficial del alcalde, José Pablo González. Lo que debería asombrarme, debido a la situación económica por la que atraviesa la hacienda local, apenas me ha soliviantado, dado lo habitual de este tipo de casos en un Consistorio donde la desfachatez puesta de manifiesto por los gobernantes supera los límites más insospechados. Por tanto, tampoco me sorprendería que el señor alcalde ya haya encargado a su ‘concesionario amigo’ el nuevo coche fantástico con sus extras correspondientes, incluido blindaje de carrocería e inhibidores de frecuencia, además de dos conductores-guardaespaldas con suelos parecidos a los de los controladores aéreos. Que por dinero no quede, señor alcalde.
Y lo más deprimente es que esto sucede en un municipio con graves problemas de sus infraestructuras, con una enorme deuda municipal, con un transporte público tercermundista, con calles superdeterioradas, donde se prodiga a nivel corporativo el oscurantismo y el enchufismo y en el que reina el abandono y la desidia medioambiental.