Opinión

En la muerte de Walter Cronkite

PUNTO DE VISTA

Por: Alberto Miguel Arruti en www.americaeconomica.com

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El pasado 17 de julio fallecía el conocido periodista Walter Cronkite, de quien se ha dicho que era el hombre en quien más confiaban los norteamericanos. A lo largo de 19 años fue el presentador de las noticias en la cadena de televisión CBS. Su fama fue tan grande que el propio presidente Barack Obama le ha dedicado un discurso como homenaje. Cada noche comenzaba su programa con la frase Qué ha ocurrido hoy.


“Compartió una relación complicada con los presidentes de ambos partidos, que siempre le querían de su parte, incluso nunca estaban convencidos de que él no lo estaba. El presidente Johnson le llamaba después del informativo, de vez en cuando, para expresarle su descontento sobre cierta noticia. Pero Walter sabía que si recibía duras quejas desde ambos lados, estaba haciendo su trabajo”, ha comentado Obama.

Y todo esto tiene lugar en un momento de dificultad para el periodismo, no sólo de Estados Unidos, sino de todo el mundo. Y se habla de la crisis de los diarios norteamericanos, como se podría hablar de la misma crisis en cualquiera de los países del mundo desarrollado. Las causas de esta situación son muy complejas, pero pueden reducirse esencialmente a dos. La crisis económica que afecta especialmente a la publicidad y el cambio de tecnología: internet, que acabará en un periodo de tiempo más o menos largo con la presencia del papel. Y todo cambio tecnológico, ahora como otras veces en la Historia, ha dado lugar a dificultades y tensiones. En estas línea, la situación actual es parecida al momento en que se inventó la imprenta. Todo cambió. El libro dejó de ser un objeto de lujo, un objeto reservado para los que tenían dinero. El libro llego a las masas más populares. Bastaba con que supiesen leer. Pero todo esto, con ser muy positivo, oculta en algún sentido una realidad inmediata y difícil. Desde noviembre de 2008 la cifra de empleos perdidos en los medios de comunicación en España se eleva a 3.127. Fue en aquel momento cuando la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) puso en marcha el Observatorio de la Crisis. La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) emitió el pasado octubre un comunicado en el que afirmaba que el número de periodistas registrados como desempleados en las listas del INEM se elevaba a 5.155, lo que representaba 1.908 más que un año antes. Y como sucedió en otras ocasiones, lo primero que se ha hecho es pedir ayudas a la prensa, lo que da lugar a una posible y lógica pérdida de autonomía de los medios de comunicación frente al Estado. Y vienen a la memoria los “Tres Estatutos de la Prensa”, desarrollado hace más de 50 años. Estos eran el estatuto de la prensa, el estatuto de la publicación y el estatuto de la profesión. En el fondo, de lo que se trata es de conseguir la mayor autonomía frente a los poderes.

La libertad de prensa, mejor dicho la libertad de los medios de información, constituye el primer sustento de un régimen democrático. Todos los sistemas dictatoriales, sean de derechas o de izquierdas, han tropezado con la libertad de información, la han restringido en algunos casos o la han anulado en otros. Por eso la petición de ayudas, sea a quien sea, al Estado o a cualquier otra forma de poder puede resultar muy peligroso. Tal vez se está configurando una nueva forma de sociedad en la que la técnica, basada indudablemente en la ciencia, resulta ser la protagonista.

Y el presidente Obama concluyó su discurso afirmando que “si decidimos vivir de acuerdo con el ejemplo de Walter, si nos damos cuenta de que el tipo de periodismo que él representó no se reavivará como parte de un ciclo natural, sino que solo renacerá si nosotros nos ponemos de pie y lo demandamos y decidimos valorarlo una vez más, así, estoy convencido de que la elección entre beneficio y progreso es falsa y de que volverán los días dorados del periodismo”.