Rey toreó 25 novilladas y perdió cinco
EL MADRILEÑO HA REALIZADO UNA TEMPORADA DE MENOS A MÁS, SIN TENER LA SUERTE DE CARA
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
Es el novillero con picadores de mejores cualidades que ha dado la Escuela Taurina de Colmenar Viejo. Juan Carlos Rey ha completado una temporada 2009 donde ha pisado plazas de mucha responsabilidad, como las de Madrid, Zaragoza, Bilbao ,Vic o Guadarrama. Ha tenido que luchar con una suerte que, en ocasiones, le ha sido esquiva. Un duro percance le hizo perder algunas citas claves, muchas tardes los novillos no embistieron, orejas que se esfumaron con la espada, pero a pesar todo el madrileño creció como torero y logró acabar el año bien posicionado.
Rey fue de menos a más y sus buenas condiciones hacen albergar muchas esperanzas a los aficionados de la Sierra de tener un torero a tener en cuenta. Acaban de fundarle una peña taurina que llevará su nombre y sus heridas no han mermado sus ansias de tocar la cima y se prepara a conciencia porque 2010 será un año crucial en su carrera.
El novillero serrano define su segunda temporada completa como novillero con dos partes bien diferenciadas. “Ha habido una primera, de mayo hasta agosto, donde actúe en plazas importantes y donde las cosas no salieron como yo quería, porque también venía de una cornada muy fuerte a finales de 2008. Cuando estaba cogiendo aire, en agosto, en Carcassone (Francia) un novillo de Moreno Silva me abre el muslo y comienzo otra vez de cero; al final de temporada, es cuando realizó lo más positivo de la campaña y donde mejor sabor de boca he dejado entre los aficionados”.
Esta profesión no es ninguna tontería y los toreros se dejan la piel. El de Colmenar Viejo ya sabe lo que es el trago amargo de las cornadas graves. El pasado año fue en Chapinería, y la de este año en Francia tampoco fue pequeña. “Son dos cornadas muy seguidas y eso a un torero, siempre le afecta en mayor o menor grado. Los muslos abiertos siempre duelen, pero todo se repone y hoy por hoy estoy muy contento de haberlo superado. Al margen de perder contratos, te afecta moralmente; también pierdes la forma física y es una vuelta a empezar. Y si luego cuando vuelves a la cara del toro no estás al 100 por 100, estás manchando tu nombre”.
No se muestra apesadumbrado y sabe que es el tributo que hay que pagar en esta dura profesión. “Con todo, en el fondo las cornadas son cosas bonitas. Espero que me den tregua y me deje evolucionar como torero y seguir cuajándome. Una cornada te para y tienes que volver a coger ese sitio. Hoy por hoy me encuentro muy bien y con ganas de que comience 2010 para torear”, comenta.
Rey confiesa que quizá no fuese lo mejor comenzar este año que ahora acaba en plazas tan exigentes como Madrid o Bilbao. “Tal vez no fuese lo más razonable, pero la situación es la que es y si no vas a cosos de primera no te conoce nadie. Me pilló un poco de sopetón, pero no pasó nada. Esos sitios me dieron el pasaporte para tener 25 contratos, aunque luego por el percance se quedaran en 20. En Madrid, a pesar de no lograr un triunfo, la gente supo captar lo que hice y me salieron novilladas importantes”.
Pero el madrileño fue ganando crédito y puntos a final de temporada. Fue de menos a más, y cuando se ponía broche a 2009, Juan Carlos Rey fue encontrándose más a gusto. “Cuajé varias faenas que me sirvieron para reencontrarme conmigo mismo. He tenido un año de novillos que no embestían, pero en sitios decisivos estuve bien y la gente comenzó de nuevo a creer otra vez en mí porque me daban un poco por perdido y lo he podido solucionar de una manera positiva para el año que viene”.
Cada día a más y mejor
La mejor sensación de este novillero colmenareño es que cada día “voy aprendiendo y mejorando. Caigo en un bache y vuelvo a levantarme”. Ya entrena con la vista puesta en 2010, donde es conocedor de lo mucho que se juega. “La idea es ir a plazas importantes y dar un aldabonazo fuerte para que mi nombre suene y que la afición confíe en mí. Lo fundamental es solucionarlo a principio de temporada, ya que hoy por hoy las ferias se cierran muy temprano”.
En este momento no goza de apoderado, aunque el ex matador de toros Carlos Aragón Cancela, ganadero de Flor de Jara, siempre ha estado a su lado. “Estoy muchísimo en su ganadería, toreando y preparándome. No me apodera, pero me ayuda y es fundamental para mí. No hay nada cerrado con nadie, pero es posible que en los próximos días se cierra un apoderamiento que sea favorable para ambas partes”, señala Rey.
El novillero no escatima elogios para hablar de los santacolomas de Flor de Jara, lo que antes era Buendía y que ahora está en Colmenar. “Me encanta torear ejemplares de este encaste, y da gusto cuando te embiste uno humillando y repitiendo”.
Entre sus objetivos, no se encuentra tomar la alternativa el próximo año, señalando que “lo fundamental es cuajarse e ir dando pasos. La vida da sorpresas y si mi evolución fuese grande habría que replanteárselo, pero hoy por hoy lo primordial es evolucionar y cuajarse”, finaliza.
Competencia
Colmenar Viejo cuenta con dos novilleros que tienen muchísimo ambiente. Juan Carlos Rey y Miguel de Pablo, que además viven una reñida competencia y arrastran muchos partidarios: “Hay un sector que apoya a mi compañero y otro a mí, y siempre es bonito e interesante. Hay competencia y eso trae consigo un morbo que a la gente le gusta. Es una rivalidad muy directa, ya que somos dos diestros opuestos y que interpretan el toreo de forma diferente. El tema va a más y el público se define hacia uno u otro. Es un aliciente muy bueno”, señala Rey. No cree que la “riña” valla más allá de lo taurino, aunque haya pique cuando torean juntos. “No hay problema, somos compañeros y cuando sale el toro, cada uno va a lo suyo”.