La polémica por el coste del mantenimiento de los animales del Coto aún colea
LA MASA ARBÓREA DEL MUNICIPIO HA IDO DESAPARECIENDO POCO A POCOY SU REPOSICIÓN ES INSUFICIENTE
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Teóricamente, las áreas de Urbanismo y Medio Ambiente debían ser perfectamente compatibles a la hora de coordinar el desarrollo urbanístico con el respeto al entorno natural. Sin embargo, en Collado Villalba, y sobre todo en estos dos últimos años, está sucediendo todo lo contrario, al anteponer el Ejecutivo los intereses del ladrillo a los medioambientales. Prueba de ello es el genocidio arbóreo o vegetal que se ha producido en este municipio ante la mirada contemplativa de las autoridades locales y, sobre todo, del responsable de este área, Juan José Morales, quien no ha hecho nada por evitar durante los dos años que lleva al frente de la Concejalía de Urbanismo y Medio Ambiente que árboles de gran talla y porte, así como de una edad considerable, hayan sido abatidos por las motosierras.
63 expedientes de tala en 2007
Precisamente fue el propio edil socialista quien reconoció, en el transcurso de un pleno, que desde el año 2007 hasta la fecha el Consistorio local había autorizado 63 expedientes de talas que habían afectado a 443 ejemplares, “con lo que -puntualizó el concejal- el número de árboles a repoblar ascendía a unos 8.600”. Estos datos fueron hechos públicos en la sesión plenaria celebrada el 27 de marzo de 2008 tras ser previamente interpelado por la portavoz municipal de Izquierda Unida, Asunción de las Heras, quien dijo: “Si se aplicara la normativa ‘Granada’, se tendrían que replantar tal cantidad de ejemplares que creo que no habría término municipal suficiente para acogerlos”.
Pero el problema no se limita a estos dos últimos años, porque este continuo arboricidio tiene sus orígenes en 2003, es decir pocos meses después de que el actual regidor, José Pablo González, consiguiera su primera mayoría absoluta, convirtiéndose desde entonces en amo y señor del municipio. El siguiente paso fue abrir el grifo a las empresas promotoras para que estas, al menos en el ámbito medioambiental, hicieran y deshicieras a su antojo. Con un simple vistazo a las hemerotecas, nuestros lectores se encontrarán con casos tan graves como el de las encinas y enebros enterrados en ‘Montecover’ por toneladas de vertidos procedentes de las obras de Honorio Lozano; el arboricidio salvaje cometido en la calle Fuente del Álamo y que en su día denunció Diario del Noroeste; los plataneros arrancados del bulevar de las calles Honorio Lozano y Batalla de Bailén; la tala indiscriminada realizada con nocturnidad y alevosía en las fincas de Prado Manzano y La Huerta de Collado Villalba Pueblo, etc. Y mucho nos tememos que este rosario de despropósitos va a continuar en un municipio que no puede permitir durante más tiempo la desaparición de su limitada masa arbórea, sobre todo cuando su reposición no está acorde ni con el número exigible ni tampoco con el tipo y tamaño del ejemplar sustituido.
El Coto de las Suertes
Otro de los temas a destacar durante estos dos últimos años de legislatura es el affaire protagonizado por El Coto de las Suertes, un caso curioso y no exento de cierto morbo que el Partido Popular llegaría incluso a calificar como de un auténtico despilfarro por el coste que supuso para la tesorería municipal el mantenimiento de los animales afincados en el mismo (25 ovejas, dos burros y dos perros mastines) durante casi año y medio. El hecho de que el mantenimiento de cada uno de estos animales ascendiera a 362 euros al mes y que la empresa adjudicataria del contrato de mantenimiento fuese Grupema, mercantil vinculada familiarmente al concejal de Desarrollo Local, José Luis Cercas, puso aún más pimienta a un asunto que aún no parece cerrado, dado que a día de hoy continúa ignorandose la procedencia, precio de adquisición y el destino de dichos animales, un secreto que ha levantado muchas suspicacias entre la opinión pública.
Esta noticia salió a la luz pública una vez que el grupo municipal del PP se enterase de que el contrato de mantenimiento del Coto de las Suertes, aprobado en mayo de 2007 por importe de 210.000 euros, es modificado por el Ayuntamiento (11 noviembre de 2008), reduciéndose a 83.250 euros, lo que dio origen a un estudio económico por parte de los populares cuyo resultado vino a demostrar que cada uno de los animales del Coto le habían supuesto un coste al Ayuntamiento de 362 euros mensuales (4.344 euros anuales), cifra muy distante de los 72 que tiene establecida la Unión Europea para estos casos.
El Ejecutivo,una vez más, fue incapaz de dar las explicaciones que exigía un contrato que a día de hoy sigue bajo sospecha, tanto por su primera cuantía como por su posterior reducción, algo que podría ser la causa del deterioro de estas instalaciones.
Limpieza urbana
El aumento de suciedad en las calles, los malos olores que desprenden los contenedores, los residuos esparcidos en la vía pública, los excrementos de perros inundando la ciudad o las papelas atiborradas de desperdicios son los mejores exponentes del incumplimiento de un contrato millonario firmado entre Ayuntamiento y la empresa FCC en el año 2001 por importe de 2,5 millones de euros y que, a día de hoy, duplica con creces dicha cantidad, sobre todo si a los más de 4 millones en concepto de limpieza pública y recogida de residuos se le añaden las partidas correspondientes al mantenimiento de contenedores y zonas verdes. Las comunidades de propietarios de varias urbanizaciones vienen denunciando reiteradamente una serie de incumplimientos por parte de la adjudicataria, entre ellos no recoger la basura por la noche; no realizar el barrido mecánico ni utilizar sopladoras para limpiar las aceras; la ausencia de baldeos durante los meses de verano; no limpiar los alcorques ni regar los pocos árboles y plantas que aún sobreviven en la vía pública; dejar que la suciedad se arraigue en los márgenes del río, etc.; todo ello con la complacencia de un Ayuntamiento que, al parecer, se ve obligado a hacer dejación de sus funciones por miedo a enfadar a FCC, con la que mantiene una importante deuda.
Por otro lado el aspecto insalubre del cauce del río Guadarrama sigue provocando la indignación entre unos vecinos que no se explican los motivos por los cuales la empresa encargada de realizar estos trabajos (el contrato dice que estas labores deben efectuarse al menos cada dos meses), no los lleva a cabo. El Equipo de Gobierno de José Pablo González, una vez más, se ve incapaz de explicar a la ciudadanía el por qué de esta situación, más cuando en Collado Villalba la tasa que pagan los vecinos por este servicio es una de la más altas de la Comunidad de Madrid.