El botín de sus cinco atracos no supera los 500 euros
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Es cierto que el dinero escasea; que en nuestro país cada día hay más paro; que las estadísticas señalan a casi un millón de familias que carecen ya de cualquier tipo de ingresos, pero aún así, esto nunca podrá justificar el incremento del índice de delincuencia, y mucho menos las actuaciones a la desesperada de algunas personas que buscan el dinero fácil para poder sobrevivir aunque esto les obligue a infringir la ley. Y este podría ser el caso del protagonista de nuestra noticia de hoy, relacionada con un curioso ladrón de bancos que merodea últimamente por algunos municipios de la Sierra (según ha podido saber El Faro del Guadarrama, ha atracado cinco sucursales bancarias de esta zona en apenas cinco meses) y al que ya se le conoce en círculos policiales como ‘El Solitario pobre’, apelativo que corresponde al hecho de que en los cuatro o cinco atracos perpetrados, el botín no supera los 500 euros.
Este individuo, precisamente, asaltó el pasado viernes a mano armada la sucursal que Caixa Catalunya tiene en la calle Real villlalbina, llevándose poco más de 100 euros. Una vez visionadas las cámaras de seguridad, tanto de esta oficina como de otra próxima, se ha podido apreciar que el ladrón, del que la Guardia Civil tiene algunas fotografías tomadas en anteriores atracos, estuvo merodeando por los aledaños del banco y cerca de las dos de la tarde, cuando comprobó que no había clientes en su interior, accedió al mismo y pistola en mano pidió que le entregaran el dinero que había en caja. El botín fue tan exiguo como en los cuatro o cinco casos anteriores, dos de ellos protagonizados en nuestra ciudad, y cuyo montante total, insistimos, apenas supera los 500 euros.
Pistola en mano
Pese a las cintas de video analizadas por la Policía Judicial, los agentes aún no saben a ciencia cierta si la pistola que utiliza ‘El Solitario pobre’ en los mismos es verdadera o falsa. Es decir, si se trata de un arma real o ficticia. De todas formas, y pese a la escasa cuantía obtenida en dichos atracos (ninguno de ellos alcanza los 200 euros), el delito cometido por el atracador está tipificado en el Código Penal como muy grave, y en caso de que sea apresado sus actuaciones delictivas le ocasionarán una larga condena con privación de libertad incluida, un final que se nos antoja bastante próximo a tenor de las peculiares características del personaje en cuestión, que bien podría decir aquello de “como no cambie de oficio me voy a la ruina...” Y seguro que también a la cárcel.