Emilio Montes / Collado Villalba
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El señor Zapatero optó al puesto de secretario general del PSOE sabiendo que su talla, política e intelectual, estaba por debajo de algunos compañeros de partido. Las peleas internas y los intereses de las ‘familias’ dieron como resultado la carambola de obtenerlo por nueve votos. En el año 2004, otra carambola, esta más trágica (Irak, ‘Prestige’ y 11-M) le aupó a la presidencia del Gobierno. Consciente de sus limitaciones, dejó las cosas más importantes a Solbes y Rubalcaba, y a De la Vega como apagafuegos, y él se dedicó a cosas más etéreas: Alianza de Civilizaciones, negociación con ETA, matrimonios gays, Memoria Histórica, etc.
En su segunda legislatura, cuando por fin reconoció la crisis, se miró al espejo y al verse más alto, dijo: “Dejadme solo que esto lo arreglo yo”. Y así nos va.
Cualquier jugador de billar sabe que cuando la bola está muy lejos de la banda, para poder hacer carambola hay que tener mucha talla o utilizar un taco auxiliar. ¿Lo sabrá también Zapatero?