LA CRÓNICA
Galapagar / El Faro
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Nos gustaría comentar que la feria de Galapagar ha sido buena, pero la realidad manda y no podemos afirmar algo así. El ciclo de este 2009 ha tenido unos resultados en tono menor y pocas cosas resaltables se han visto.
Ha estado por debajo de otros años y por unos u otros motivos las cosas no han rodado. Quizá haya sido un error de planteamiento y una equivocación en la elección de toros y toreros. No se trata de señalar culpables, pero sí de trabajar con rigor de cara al 2010 y urge una mejor organización de los festejos y de los encierros, por la buena salud de esta feria que está muy consolidada.
En las novilladas picadas, el único triunfador fue Cristian Escribano, y en las novilladas sin caballos hay destacar al villalbino Eduardo Pereira, una joven promesa que merece echarle cuentas. Como decíamos, el único que consiguió cortar dos orejas y salir a hombros fue Cristian Escribano, tras realizar una buena faena al único novillo potable del encierro de Pérez Villena lidiado el pasado domingo. El torero mostró sus cualidades, manejó bien la capa y construyó una labor donde se gustó y realizó un toreo clásico de muy buen concepto. Consiguió salir a hombros tras manejar bien el acero. El resto de la novillada pecó de falta de raza y clase. La presentación fue también muy pobre, con utreros demasiado chicos.
Pedro Carrero fue ovacionado en sus dos utreros, dejando atisbos de su clase, pero sin redondear nada por culpa del ganado. Tampoco corrió mejor suerte Juan Carlos Rey, que saludó dos ovaciones tras faenas con mucho tesón y con pasajes intermitentes.
Decepción con los ‘patasblancas’
El lunes 14 se lidiaron los “famosos” patasblancas propiedad de Victorino Martín, bajo la marca de Monteviejo. Ésta sí fue una novillada bien presentada y cuajada, pero luego salieron tan huecos y peligrosos como muchos aficionados se aventuraban. Un encierro complicado, violento y que fue una dura papeleta para la terna. Sólo paseó una generosa oreja Daniel Martín del novillo que abrió plaza, que fue el único que brindó alguna embestida a base de exponer y tragar paquete el novillero.
Fernando del Toro y Daniel Nunes se fueron de vacío tras estrellarse con ejemplares complejos, dando al traste con un festejo plano y aburrido.
En la novillada sin caballos celebrada el sábado 12 se lidiaron cuatro erales de El Verdinal (1º, 2º, 4 y 6º), muy chicos, abecerrados y de poco juego; y dos de Pérez Villena, (3º, bueno; y 5º, manejable). El gran triunfador fue Eduardo Pereira. Le cortó el doble trofeo al tercero, un utrero pronto y repetidor, que a la postre resultó premiado con la vuelta al ruedo. Le toreó bien en redondo, en series al natural poderosas y de mano baja. Sumó otro trofeo en el sexto.