EL MIRADOR
S. Martos
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Lo que se pretendía como una conquista social, me estoy refiriendo a la Ley del Menor aprobada por el Gobierno Aznar, se ha terminado convirtiendo en una pesadilla.
En pocos años se ha pasado del hurto y del robo a la violación y el asesinato. Y lo más grave es que nadie parece reaccionar a lo que sin duda está creando un preocupante problema social.
La sociedad es la responsable de esta situación, dicen muchos. Yo creo que la sociedad de hoy es menos responsable que la de antaño. La sociedad presente ofrece mayores posibilidades que nunca. Pero son posibilidades pasivas, y eso sólo se evita con la pelea. Y la pelea en ocasiones es, por naturaleza, autoritaria, democráticamente autoritaria. Y esto, lamentablemente, nos hace volver a otros tiempos que creíamos ya superados. Me estoy refiriendo a los tiempos anteriores al fracaso de la vigente Ley del Menor. Y no parece reprochable que lo que en principio se creyó bueno para todos, hoy ya no lo sea, demandando nuevos retos, que, por fuerza, han de pasar por una mayor privación de libertad y un ajuste en la disminución de la edad penal, disminución propuesta ya por el Partido Popular y que Leire Pajín, puso en solfa tras calificar los últimos casos de abusos sexuales a menores como dolorosos, añadiendo que deben erradicarse “con la cooperación de todos ”. En este sentido, la dirigente socialista cree que “las pautas educativas y sociales son la mejor garantía para evitar este tipo de comportamientos”. Mucho me temo que salvo que el Gobierno de Zapatero haga algo al respecto, vamos a seguir hablando de lo mismo todos los días y posiblemente durante algunos años.