Opinión

Numerosas e insuficientes medidas económicas

Punto de vista

Pedro Peral

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La crisis está dejando un rastro de desempleados. Un número de parados superior a los cuatro millones constituye un vergonzoso récord que encierra otras tantas tragedias familiares.

Las medidas adoptadas han sido numerosas para hacer frente al desempleo, insoslayable prioridad de cualquier gobernante con un mínimo de conciencia social. Tan numerosas en cantidad como insuficientes en su cuantía y con escasos efectos sobre la economía real. Se les ha calificado de pan para hoy y hambre para mañana. Es cierto, pero el hombre necesita imperiosamente el pan suyo de cada día. En este aspecto, Cáritas y otras organizaciones benéfico-religiosas y solidarias realizan una labor encomiable, sin buscar la foto, sino sirviendo a los más necesitados.

Entre las medidas para reactivar la economía y frenar la caída del empleo, el Gobierno de Zapatero aprobó en abril del pasado año la devolución de 400 euros a cada contribuyente del IRPF. Más de 16 millones, entre trabajadores y pensionistas han sido beneficiados, lo que nos costó unos 5.000 millones, con mínimos resultados.

Otra medida adoptada por el gobierno fue el cheque-bebé, consistente en una ayuda de 2.500 euros por cada nacimiento o adopción. Fue otra medida aislada, sin estar enmarcada en un necesario Plan Integral de Ayuda a la Familia, y con otra deficiencia: beneficia tanto a los pobres como a los ricos, incurriendo en una flagrante injusticia: tratar por igual a los desiguales. Y el Plan E, tan denostado y tan deseado por algunos munícipes.

Para el sector bancario se creó un fondo de 9.000 millones de euros. Igualmente resultó insuficiente. Baste pensar que sólo la Caja de Ahorros de Castilla La Mancha necesitaba esa cantidad para salir de su situación. Las ayudas se han financiado con deuda, emitiendo el Estado este año unos 100.000 millones en letras, bonos y obligaciones. Una cifra récord.

Ahora se nos dice que, en contra de lo afirmado antes, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero va a aprobar una subida en la imposición de las rentas más altas para garantizar las políticas sociales. Desde el Partido Popular se critican estas medidas de cortoplacistas, de parcheo y con fines electoralistas. Y es verdad. Pero a quienes han dejado de percibir el desempleo -por insuficientes que sean las medidas, y lo son- y se hallan en huelga de hambre obligatoria les vendrá como agua de mayo.

Junto a estas medidas, el Gobierno debería haber presentando un plan de consenso para mejorar la educación, fomentar la productividad y el I + D + I, congelar las plantillas de funcionarios (más de cinco millones), sanear el sistema financiero y otras medidas de carácter estructural.

Pan para hoy y hambre para mañana. Sí, pero el hambre de cada día no tiene espera.