Editorial

El Plan de Saneamiento de Collado Villalba: un éxito autoproclamado que está muy lejos de serlo

EDITORIAL

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El alcalde de Collado Villalba, José Pablo González (PSOE), no dudaba esta semana en calificar como un “éxito” la aprobación del Plan de Saneamiento y la inmediata firma de operaciones de crédito por valor de 13,5 millones de euros.

Pero si se mira en detalle, en realidad no hay motivo para tan exultante satisfacción, al igual que ocurrió hace meses con el convenio firmado con el Canal de Isabel II. Esa cantidad a la que hacía referencia el regidor es importante, es cierto, pero sólo porque la deuda del Ayuntamiento es muy elevada; tanto como para que no llegue al 50 por ciento del remanente negativo de tesorería. Sin ir muy lejos, encontramos otros casos en municipios vecinos, como Galapagar o El Escorial, donde sus ayuntamientos sí han conseguido financiar el 100 por 100 de esa deuda. Por otra parte, la duda está ahora en saber si se va a establecer un calendario de pago a los acreedores, siguiendo unos determinados criterios, o se va a hacer de forma más o menos aleatoria. En definitiva, lo cierto es que después del autoproclamado éxito lo que encontramos más bien es un ejemplo perfecto para hacer bueno el refrán que dice aquello de dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.

Por otra parte, tampoco cabe pasar por alto que a pesar del reconocimiento implícito de la mala gestión en algunas partidas de gasto corriente (por no hablar directamente de despilfarro), el Ejecutivo plantea una serie de medidas un tanto difusas (algo así como un código de buenas prácticas), pero sin proceder de forma directa a una reducción de salarios o del número de cargos de confianza, algo que choca con las peticiones que el Partido Socialista de Madrid formula con insistencia a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Finalmente, cabe apuntar que este Plan de Saneamiento, con una vigencia de seis años, puede permitir al actual Equipo de Gobierno terminar la legislatura de manera más o menos cómoda, pero plantea un panorama nada tranquilizador a partir de 2011.