La lupa
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
En este año de crisis y donde la mayoría de las empresas está poniendo de su parte por bajar precios y hacer reajustes, me cuesta creer la tarifa para presenciar la feria de Santiago 2009 en Villalba.
La desmesurada proporción es real y más verdadera que un templo. Los precios de los festejos no están acordes a la actual situación, y menos si nos referimos a una plaza portátil. Desmenuzar la situación requiere paciencia, pero los datos son los que son. Aquí defendemos a los aficionados, al público, al que pasa por taquilla. Y no es justo lo que va a abonar por presenciar un festejo en su pueblo. También para que el dinero público que concede el Ayuntamiento y que sale de las arcas municipales no se malgaste de mala forma.
Un aficionado que quiera presenciar cualquiera de las novilladas deberá abonar 26 euros, cifra que aumenta a 36 en el caso de las corridas de toros. Es para quedarse helado. ¿Adónde quieren ir a parar Tomás Entero y el Ayuntamiento de Collado Villalba con estos precios? Desconozco las plazas donde cueste presenciar una novillada por 26 euros. Los abonos tampoco se quedan atrás. Así no se fomenta la fiesta, ni se invita al pueblo de Collado Villalba a que asista a la plaza.
Tomás Entero también fue empresario este año y el pasado en Torrejón de Ardoz. Allí, con carteles de figuras, las entradas tienen un precio distinto: 15 y 20 euros por presenciar una corrida de toros o sólo 6 por la novillada. Abonos por 30 euros por tres corridas de toros, una de rejones y dos novilladas. ¿Están tomando el pelo a la afición y al pueblo de Villalba? ¿Qué dice el Consistorio a este respecto? Sin palabras…