EL ALCALDE DE SAN LORENZO presentará en breve el proyecto a Esperanza Aguirre, con el fin de abordar las obras la próxima legislatura
ENRIQUE PEÑAS | Miércoles 22 de octubre de 2014
Hace aproximadamente dos años, el Equipo de Gobierno presidido por José Luis Fernández Quejo (PP), planteó por primera vez de forma oficial la posibilidad de llevar a cabo un proyecto del que se venía hablando desde hace tiempo: el cierre al tráfico en el entorno del Monasterio, es decir, en el paseo de Juan de Borbón y Battenberg, la vía que rodea la lonja, de manera similar a lo que se hizo en Madrid en la zona del Palacio Real. Una actuación que pasaría por la construcción de un túnel, que se vería completado con un aparcamiento subterráneo.
Una iniciativa complicada, con riesgo y con muchas dificultades, empezando por poner de acuerdo a los distintos organismos y administraciones implicados (Ayuntamiento, Comunidad de Madrid, Patrimonio Nacional, Ministerio de Fomento y la propia comunidad de monjes agustinos que habita el Monasterio). El primer paso se dio hace algo más de un año, cuando se encargó al prestigioso arquitecto Pedro Ponce de León la elaboración de un estudio acerca de la viabilidad de la actuación. Como indicamos hace unas semanas, este plan director ya estaba prácticamente terminado, y ahora El Faro del Guadarrama puede anticipar algunas de las conclusiones del mismo, como adelanto de una extensa entrevista con el regidor sanlorentino que publicaremos a lo largo de este mes y en la que, como no podía ser de otra forma, el potencial turístico del Real Sitio fue uno de los temas que abordamos en profundidad.
Efectivamente, José Luis Fernández Quejo confirmó que, de cara a la próxima legislatura, uno de los proyectos estrella será el del “soterramiento del tráfico para evitar el paso de vehículos por la lonja”. “Ya hay una propuesta”, añadía el alcalde, “todavía por definir, para soterrar el tráfico, pero no por el Paseo de Don Juan de Borbón”, tal y como se planteó inicialmente.
Estudio de Ponce de León
En este sentido, el primer edil indica que “Ponce de León ha realizado un anteproyecto, que costó unos 180.000 euros, financiados por el 1 por ciento cultural, y ahora tenemos que mantener una entrevista con la presidenta, seguramente a lo largo de este mes, para tomar una determinación de cara a la ejecución por fases del proyecto, encargando la redacción del mismo para su ejecución en la siguiente legislatura”
Así pues, ya hay al menos un primer calendario de trabajo, aunque estemos hablando aún de una actuación a medio plazo que probablemente se prolongaría durante todo el próximo mandato autonómico y municipal. También hay otros detalles que ya están perfilados y que suponen un cambio importante respecto a lo previsto en primera instancia, en concreto en cuanto al trazado del subterráneo. “El túnel no iría por debajo de la lonja, siguiendo el Paseo de Don Juan de Borbón, porque al final hemos visto que no sería viable; la alternativa supone bordear el territorio de la huerta del Monasterio, de modo que 500 ó 600 metros más de recorrido conseguiríamos el fin que buscamos: que no pasen los vehículos por la lonja, que ahora mismo están dañando al Monasterio y a las casas de oficios”. Además, el proyecto se completaría con la construcción de un parking para 400 vehículos, con lo que se resolverían los habituales problemas de aparcamiento durante los fines de semana y los periodos vacacionales.
El túnel, explicaba el alcalde de San Lorenzo, “entraría por la calleja larga, bordearía seguramente el muro de la huerta del Monasterio y saldría pasados los arcos”. De este modo, además, se lograría descongestionar la plaza de la Virgen de Gracia (el conocido como laberinto, uno de los puntos negros en el tráfico del Real Sitio). “Ése es el estudio que ha hecho Ponce de León; es lo que estamos examinando y lo que presentaremos a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a Patrimonio Nacional y al prior del Monasterio”. En principio, avanza Fernández Quejo, “a falta de tener una reunión definitiva están de acuerdo, y vamos a ver si por lo menos empezamos a redactar el proyecto para que en la siguiente legislatura sea una realidad”.
Desde luego, la intención del Ejecutivo local es bien conocida por los responsables de Patrimonio, si bien el regidor quiere ser cuidadoso con las formas: “El procedimiento que estoy utilizando es que una vez que tengamos el proyecto se lo presentaré a la presidenta y será ella la que se lo tenga que enseñar a Patrimonio y al prior, para a partir de ahí encargar la redacción de la primera de las fases”
Lo que aún está por definir es la financiación de las obras, con un coste que se prevé millonario. “Lo ideal sería que fuera con cargo al 1 por ciento cultural, pero es algo que todavía tenemos que estudiar”. Más claro parece lo relativo a la redacción del proyecto, cuyo coste parece que será asumido por la Administración regional.
El eterno proyecto del parador
Sin movernos demasiado del Monasterio, otra de las actuaciones más esperadas para completar la oferta turística es la creación de un Parador Nacional, proyecto que se desestimó ante las reducidas dimensiones del edificio elegido para albergar esta infraestructura (la Casa de Ministros, de la que apenas saldrían unas 30 habitaciones, cuando el mínimo que maneja Paradores es de 50). Sin embargo, señala el alcalde, el proyecto está paralizado, pero en ningún caso se ha descartado de manera definitiva. “El sitio ideal, y eso lo han dicho los técnicos y es algo que todos tenemos claro, es la Casa de la Reina [frente a la fachada principal del Monasterio]; será un proyecto para la próxima legislatura, hablaré con paradores y lo intentaremos”. Uno de los problemas, continúa Fernández Quejo, es que en el inmueble aún residen varias familias. “Hay que compaginar muchas cosas y Patrimonio tiene que dar su visto bueno, pero vamos a seguir trabajando. Yo siempre digo, y que no se molesten las personas que viven ahí, que lo que no entiendo es cómo en la Casa de la Reina hay viviendas que se pueden destinar al alquiler, porque estamos hablando de edificios emblemáticos que se levantaron después del Monasterio, algunos en la época de Juan de Herrera y otros con Juan de Villanueva”. A juicio del alcalde, estos edificios deberían tener un uso institucional, como ya ocurrió con las casas de oficios (Casa de Cultura, Conservatorio y Centro Integrado).