La sequía y los pozos ilegales se ceban con el campo y la fauna

Acaba de comenzar el mes de junio y los campos, no ya del llano madrileño, sino de la presierra, están prácticamente agostados. A medida que ha ido avanzando la primavera sin precipitaciones de importancia se han ido secando pastos y charcas.

Algunas de éstas, de gran valor para la preservación de diferentes especies animales, no se secaban desde hacía 10 años. Y es que, como comenta el biólogo experto en reptiles y anfibios de la Universidad Autónoma de Madrid Alberto Álvarez, “el problema, además de las escasas lluvias de este invierno y primavera, son los innumerables pozos ilegales”. Estos pozos, presentes en numerosas fincas de la mayoría de los municipios de la comarca, están secando los otrora ricos acuíferos de esta zona de la región. El problema hasta ahora era que sólo se detectaba una mínima parte de las infracciones, debido principalmente a la falta de control de los ayuntamientos y al desconocimiento popular. Pero la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) ha comenzado a perseguir estos delitos.

Cerca de 19.000 pozos ilegales
De los 18.600 pozos que la Confederación ha calculado que existen en Madrid, sólo 4.400 cuentan con permiso para extracción.

Este organismo, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente mantiene desde 2005 una campaña para la localización de estas infracciones. Como consecuencia de esta actuación, acaba de sancionar recientemente al Ayuntamiento de Las Rozas por permitir tres pozos ilegales en su término. Las principales irregularidades se han empezado a detectar en municipios con campos de golf y grandes extensiones de regadío.

Inspecciones
En las localidades de presierra se están realizando inspecciones ante el alarmante descenso de los mencionados acuíferos. La falta de agua en el campo supone un sobrecoste para las ganaderos, al contar con menos pastos, sobre todo cuando la escasez de agua en primavera y verano merma los pastos de otoño. Pero no sólo resulta perjudicada la ganadería, sino también numerosas especies salvajes, algunas catalogas en peligro de extinción. Este año, como asegura este mismo herpetólogo, “ya no se han producido las puestas de algunos anfibios, como el sapo corredor, por no tener agua estacional”. Aunque este dato pueda parecer insignificante, es un aviso más del estado de nuestro entorno natural.
¿Volverán los jabalíes?
La situación empieza a preocupar a vecinos y administraciones que ven cómo algunos animales se ven obligados a buscar alimento en las praderas de las urbanizaciones. Como ya ocurriera durante la pasada sequía en Madrid, la falta de agua y vegetación provoca la aparición de piaras de jabalíes en busca de bulbos, raíces y tubérculos en las frescas praderas artificiales.

Al margen de la influencia de los pozos ilegales en el secano de los campos, las precipitaciones de los últimos meses, comparadas con las de 2005, reflejan la similitud con aquel año, si bien en esta ocasión se ha producido un ligero aumento. Sin embargo, la falta de precipitación no ha sido tan acusada en las cumbres como en la presierra. Gracias a las nevadas y lluvias en las cabeceras de los ríos, los pantanos de la comarca presentan un aspecto menos preocupante que el campo. Valmayor se encuentra al 81,4 por ciento de su capacidad; Navacerrada al 78,6; Santillana al 87,5 y La Jarosa está en un 81,5, lo que sitúa la media de esta comarca en el 82.25.