Cartas al director
L. BÁRCENAS/Galapagar
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Residir en alguna de las muchas urbanizaciones de Galapagar es como ir al tercer mundo: apenas hay vigilancia policial, los vertederos y la suciedad impregnan las calles, no tenemos transporte público y las nuevas tecnologías parecen algo así como una broma de mal gusto.
Me explico: vivo en una urbanización situada mucho más cerca de Collado Villalba que del casco urbano de mi municipio, es decir que apenas a 200 metros, distancia que separa mi casa de otras pertenecientes al Ayuntamiento villalbino, hay fibra óptica, mientras en mi urbanización el tendido telefónico es aéreo (como a principios del siglo pasado) y los postes de madera siguen empotrados en mitad de las aceras. Obviamente, en esta situación no podemos contratar con compañías telefónicas los servicios de televisión por cable y teléfono, ni tampoco aspirar a tener ADSL con más de un mega de velocidad. Y aún así, nuestro Ayuntamiento sigue cruzado de brazos.